Los Rascacielos de Tower Hamlets, los mas altos del Reino Unido. (foto cortesía)
Los resultados de estos comicios tendrán un impacto no solo a nivel de la política británica sino también han de servir como un ejemplo para otras minorías
El rascacielos más alto del Reino Unido es el de Canary Wharf, el mismo que está rodeado de grandes edificios que son las sedes de los principales bancos del país. Esta zona forma parte de Tower Hamlets, municipio que se extiende entre la City financiera (aunque integra a sus nuevos desarrollos) y la villa olímpica del 2.012.
Este distrito es uno de los más superpoblados y contradictorios de Londres. Concentra grandes riquezas y tiene un presupuesto anual de 1,500 millones de dólares, pero también contiene mucha pobreza y es el centro de la mayor minoría lingüística de la capital (los que hablan el bengalí).
El jueves, al día siguiente del mayor recorte económico británico en la historia de la postguerra mundial, Tower Hamlets eligió por primera vez en su historia a un alcalde. Los resultados de estos comicios tendrán un impacto no solo a nivel de la política británica sino también han de servir como un ejemplo para otras minorías.
Estas elecciones municipales, así como las parlamentarias que se dieron en Mayo en esta zona, han demostrado el enorme poder que ha venido adquiriendo la población que ha nacido o desciende de padres nacidos en Bangla Desh. Todos los candidatos importantes para alcalde de Tower Hamlets y para parlamentario de una de sus dos zonas fueron nacidos u originados de este país musulmán sud-asiático.
Los comicios de Tower Hamlets evidencian 2 fenómenos nuevos. Una es la crisis del laborismo, pues este partido perdió las primeras elecciones que confrontó tras la elección de su nuevo líder Ed Milliband y ante un disidente de sus propias filas (Luftur Rahman, ex líder laborista de dicho municipio). Otra es la emergencia del poder de las minorías étnicas, las cuales, en los comicios de Mayo, pasaron a ocupar 27 curules parlamentarias.
Banglatown y Londistán
En el Reino Unido los municipios se organizan de una manera muy especial. Cada barrio elige a 3 concejales y la asamblea de éstos nomina al líder que le administrará y a un alcalde, cuyo rol es más para asistir a ceremonias. Sin embargo, desde que en el 2,000 Londres eligió directamente y por primera vez a un burgomaestre ejecutivo, 4 de los 32 distritos de esta capital (todos ellos en su zona este) han decidió adoptar la misma figura.
El último distrito en hacer ello fue Tower Hamlets, cuyas elecciones, además, fueron importantes por varios motivos. Una, porque fue la primera que debió confrontar el nuevo líder del laborismo (Ed Milliband). En lo que es un bastión tradicional de su partido el laborismo perdió con menos de un cuarto de los votos ante un disidente suyo (Lutfur Rahman), quien había sido el líder de Tower Hamlets en los últimos 2 años y quien ganó las internas locales de su partido por mayoría absoluta. Sin embargo, la directiva nacional del laborismo decidió rechazar a ese candidato y nominar como el suyo a quien quedó tercero (Abbas).
Ello hizo que se repitiese lo mismo que aconteció cuando se creó la alcaldía de Londres en el 2000. Tras que el ejecutivo laborista impuso un candidato en contra de la decisión democrática de sus militantes, el candidato deseleccionado se presentó como independiente consiguiendo así más del 50% para ser declarado como el primer alcalde de dicha circunscripción.
Ken Livingstone primero fue expulsado del laborismo por haberle ganado a su partido en la primera elección para alcalde capitalino, pero luego fue readmitido y hoy en el 2,012 él se postula por cuarta vez a dicho cargo. Ken desafió nuevamente al laborismo pues, pese a ser su candidato para Londres, él se atrevió a avalar a Rahman, quien ganó con más del 51%.
Lo acontecido ha demostrado las fisuras que hay entre el ala que quiere que el laborismo vuelva al centro pro-Blair y la que quiere un retorno a la vieja socialdemocracia militante a lo Ken.
También ha demostrado el poder de la comunidad bengalí en el este de Londres. Uno de cada 3 residentes de Tower Hamlets tiene raíces en Bangla Desh.
Un aspecto que es destacado por la media es el hecho de que los 2 contrincantes para el puesto de alcalde de Tower Hamlets, así como una de los 2 Miembros del Parlamento por ese distrito y un alto número de los electores de allí son bangladeshís. Varios periodistas asociados a periódicos críticos a la inmigración quieren demostrar todo el poder que viene cobrando esta comunidad y, en particular, un sector del clero y del empresariado local asociado a uno de los partidos de Bangla Desh.
Un barrio de ese distrito ha sido re-bautizada oficialmente como ‘Bangla Town’ (ciudad bangladeshí) mientras que los sectores anti-inmigrantes dicen que el nuevo alcalde es parte de un complot de sectores fundamentalistas musulmanes para hacer que la capital británica sea uno de los promotores de la islamización de Europa y se transforme así en el ‘Londistán’.
Las minorías étnicas del Reino Unido
El Reino Unido está compuesto por 4 países: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Sin embargo, los censos reconocen minorías por etnia. La suma de todas éstas superan a la población de todos los países británicos menos Inglaterra y algunas de estas etnias tienen más gente que los habitantes de Gales o Irlanda del Norte.
Las 3 principales etnias de Gran Bretaña son los irlandeses, los asiáticos y los afro-caribeños.
Irlanda es la isla hermana de Bretaña y su población blanca habla inglés y comparte la herencia celta de muchas poblaciones del oeste y norte británicos. Todo irlandés tiene derecho a vivir, trabajar, elegir y ser elegido en cualquier parte del Reino Unido, al cual puede entrar sin pasaporte y como si fuera parte de su propio territorio.
Sin embargo, los irlandeses tienen una historia diferente. A diferencia de la mayoría de los británicos que son protestantes y pro-monarquía, ellos son católicos y republicanos. Durante siglos lucharon contra la ocupación británica de su isla y aún hoy muchos reclaman que Irlanda del Norte vuelva a ser parte de la república irlandesa.
Según el último censo (2001) hay más de 2,5 millones de asiáticos y más de 1 millón de afro-caribeños. Estas cifras, no obstante, han cambiado en una década.
La gran mayoría de ellos provienen de países que fueron colonias británicas y que se mantienen en la Commonwealth. Por esa última razón todos ellos tienen derecho a votar y ser elegidos en todas las elecciones británicas, aunque, a diferencia de los irlandeses y los ciudadanos de la Unión Europea, no todos ellos tengan el derecho de poder residir libre y permanentemente en el país.
La inmensa mayoría de los asiáticos proviene de lo que fuera el virreinato más poblado de la historia (el de la India británica que abarcaba a la cual actual India, Pakistán, Bangla Desh, Birmania y otros países). Según ese mismo censo al menos un millón de personas tienen raíces en la India, tres cuartos de millón en Pakistán, un cuarto de millón en Bangla Desh y un quinto de millón en China (muchos de los cuales tienen vínculos con Hong Kong, ex dependencia británica).
Hay un poco más de africanos que de caribeños, aunque la etnia afro-caribeña se cimenta en pueblos de raza negra que provienen de las antiguas colonias británicas en los países de donde salieron y en donde llegaron los esclavos.
Sin embargo, hay muchas minorías en Reino Unido que no están reconocidas. Según las estimaciones de la oficina nacional de estadísticas un tercio de la población legal de Londres pertenece a minorías no británicas y no irlandesas, pero la mitad de ellas marca en los formularios diferentes casillas donde se dice “otros”.
Dentro del más de 1 millón de londinenses que no se consideran parte de una etnia reconocida el grupo mayor lo conforman los iberoamericanos, es decir quienes hablan español o portugués y provienen de los países que durante 5 siglos estuvieron inter-relacionados entre sí por mantener similar cultura y lengua.
El término suramericano no se usa mucho en este país pues los caribeños de habla inglesa se sienten una etnia aparte, mientras que los hispanos y luso-hablantes se inter-relacionan entre sí.
Muchos iberoamericanos tienen pasaporte europeo con lo que pueden quedarse libremente en el país, pero su derecho a voto es parcial. Pueden votar en los comicios locales y europeos pero, a diferencia de los nacionales de Irlanda y de 54 naciones de la Commonwealth, no lo pueden hacer en las elecciones generales.
El hecho de que los iberoamericanos, cuyo número se estima entre 1 a 2 millones, no sean reconocidos como etnia ni tengan plenos derechos electorales es algo que perjudica a todas sus entidades comunitarias y a los beneficios que su gente puede conseguir en esta nación.
Los bangladeshís en el poder
Los bangladeshís tienen a varias figuras en el poder. Algunos ejemplos:
· En la cámara de los lores: La baronesa Uddin (la primera musulmana en integrar ésta).
· En la cámara de los comunes: Rushanara Alí (parlamentaria de 35 años por Betnhal Green y Bow, uno de las 2 circunscripciones electorales de Tower Hamlets).
· En la alcaldía de Tower Hamlets: Luftur Rahman (ex líder del consejo municipal en 2008-10 y actual primer alcalde ejecutivo electo por ese mismo distrito).
· En la Asamblea del Gran Londres: Murad Qureshi (uno de los 25 miembros de ésta).
Los 3 primeros son nacidos en Bangla Desh siendo ellos o sus padres naturales de Sylhet, un área en el noreste de ese país la misma que se encuentra bordeada por la zona oriental de la India (Assam) y que tiene su propio idioma y alfabeto, el mismo que tiene más diferencias con el bengalí que el que tienen muchas lenguas iberas entre sí mismas.
Tal es el poder e influencia que han venido adquiriendo los bangladeshís en el distrito de los mayores rascacielos de UK es que todos los candidatos importantes a la alcaldía de Tower Hamlets o para ser parlamentarios por Betnhal Green y Bow fueron étnicamente bangladeshís.
En las elecciones generales de mayo 2010 todos los 4 grandes partidos ingleses nominaron como sus candidatos para Betnhal Green y Bow a candidatos provenientes de esa comunidad. Esa misma circunscripción es la misma que en el 2005 eligió al disidente laborista escocés George Galloway con votos bangladeshís y con una plataforma anti-guerra de Iraq. En torno a ese triunfo se formó Respect, el primer partido que llegaba al parlamento en Inglaterra que no fuera laborista, conservador o liberal-demócrata, y que estaba muy integrado por mahometanos.
En el 2010 la laborista Rushanara Ali obtuvo 21,784 votos (42.9%) y el segundo puesto fue para el liberal demócrata Ajmal Masroor con 10,210 votos (20.1%). Los dos son jóvenes nacidos en Sylhet. Tercero quedó Abjol Miah con 8,532 votos (quien debió remplazar a Galloway como el candidato de Respect, debido a que todos se habían dado cuenta de que los bangladeshís querían esta vez colocar al primer miembro de su comunidad en el parlamento) y cuarto el conservador Zakir Khan con 7,071 votos (13.9%). El quinto puesto fue para el único candidato racista anti-bengalí (el neo-nazi del BNP Jeffrey Marshall) quien sacó 1,405 votos (2.8%) y el sexto fue para el verde Farid Bakht.
En las elecciones para alcalde de Tower Hamlets la polarización se dio entre Luftur Rahman y Helal Abbas. Estos 2 compartían el ser laboristas nacidos en Bangla Desh. Cuando el primero, que era el líder del municipio, fue electo por la militancia local, el segundo impugnó logrando que el Comité Ejecutivo Nacional lo deseleccionase debido a la campaña que Abbas había apoyado mostrándolo a su rival como una marioneta de musulmanes fundamentalistas y, especialmente, del Foro Islámico Europeo.
Cuando la dirección nacional laborista decidió revocar los resultados de las internas de su partido en la circunscripción, Rahman decidió seguir el mismo camino que tomó Ken Livingstone cuando 10 años antes Blair le vetó después que él, quien fue al último líder que tuvo Londres, fue nominado como el candidato de los laboristas de Londres. Así como Livingstone se lanzó solo a los comicios y se convirtió en el primer burgomaestre de la historia de la capital, Rahman hizo lo mismo transformándose en el primer alcalde de Tower Hamlets.
Los bangladeshís en UK
De acuerdo a las cifras oficiales del último censo (2001) en el Reino Unido residen legalmente 283,063 personas de origen bangladeshí. La Oficina Nacional de Estadística estima que en el 2007 había casi 354,000 residentes de raíz bangladeshí, aunque otras fuentes sugieren que hay hasta medio millón de ellos. Estas cifras implican que ellos agruparían entre el 0.5% y el 0.8% de la población de este país.
De acuerdo a ese mismo censo hay alrededor de 200,000 personas nacidas en países iberoamericanos (incluyendo a un sexto de los estadounidenses que son hispanos), aunque el número de residentes (legales o irregulares) que han nacido o tienen raíces en el mundo de habla castellana y portuguesa es mucho mayor. Algunas fuentes de la secretaría británica de relaciones exteriores sugieren que en UK hay entre 700 mil a un millón de residentes de origen latinoamericano, aunque un número similar puede ser el de personas de origen ibérico. La embajada portuguesa, por ejemplo, estima en medio millón la cantidad de compatriotas suyos en las islas británicas.
Los bangladeshís han logrado muchas cosas. La zona en torno a la calle de Brick Lane, que antes era un centro judío y que hoy está repleta de negocios y restaurantes con letreros en bengalí y banderas de Bangla Desh, fue rebautizada oficialmente en el 2001 como ‘Banglatown’. El bengalí es la lengua más hablada en las escuelas primarias de Londres y es uno de los idiomas en los que se traducen siempre los documentos oficiales.
Los iberoamericanos tienen varios barrios (Elephant and Castle, Brixton, Old Kent Road, Stockwell y Vauxhall, Bayswater, Willesden Junction, Tottenham) donde se muestra nuestra influencia. No obstante, ninguno de ellos ha logrado tal distinción. Ninguno tiene un nombre que reconozca oficialmente su status, ni si quiera “Little Portugal” o “Elephant and Castle” (este último pese a que su nombre deriva del de Leonor de Castilla, la reina hispana de Inglaterra).
Un elemento importante a ver es el hecho de que la gran mayoría de los luso-hablantes de Londres pueden entender fácilmente el castellano y que la comunicación y los eventos conjuntos entre lusos e hispano hablantes es grande.
No ocurre lo mismo entre los asiáticos quienes para comunicarse entre sí deben recurrir a la lengua del país donde viven, pues no se entienden en sus lenguas madres.
Los bangladeshís no tienen una sola lengua. Si bien la mayoría de ellos, al igual que en las partes circundantes de la India, hablan bengalí, un número muy grande de los bangladeshís del Reino Unido proviene de la zona de Sylhet, la cual tiene un idioma que es más diferente al bengalí que lo que lo es el español con relación al portugués.
Bangla Desh
Este es uno de los países más jóvenes y superpoblados del mundo. Recién en el próximo año cumplirá sus primeros 40 años de vida. Hasta entonces éste nunca fue una nación. Desde 1857 a 1947 durante 9 décadas fue parte de la Gran India británica, la misma que comprendía a territorios que hoy forman parte de Pakistán, India, Sri Lanka, Banga Desh y Birmania.
Cuando los británicos se retiran de la mayor colonia que haya habido en el mundo se desarrolla una lucha entre los indianos que seguían las creencias politeístas hinduistas y los que seguían al Corán. Esto conduce a una partición solo por razones religiosas de regiones que hablaban la misma lengua y habían convivido en las mismas entidades administrativas durante la mayor parte de su historia.
De esta manera se creó un nuevo país con un nombre y una frontera completamente nuevos y artificiales: Pakistán. Cada una de las letras que componía esa sigla eran las iniciales de una región, aunque este nuevo país ha sido el único en el mundo que estaba separado en dos partes muy pobladas -y por más de mil kilómetros de distancia- a través de la existencia de un gran Estado (India).
En el oeste los habitantes del Punjab y en el Este los de Bengala siguen hablando una misma lengua, pero fueron divididos de acuerdo a sus religiones, obligándose a millones a ser desplazados si sus aldeas o casas acababan en la zona designada al estado que iba a adorar a otro dios.
De esta manera los que hablaban una lengua del Punjab quedaron separados entre los que le escribían con caracteres arábigos (el urdu) y eran parte de Pakistán y los que la escribían con alfabeto indiano (el Hindi) y los que hablaban el bengalí quedaron escindidos entre los que quedaron en la parte de India cuya principal urbe es Calcuta y los que pasaron a ser parte del Pakistán oriental (el mismo que en 1971 se independizaría como Bangla Desh).
Hoy en Londres el grupo lingüístico más hablado en las escuelas primarias es el bengalí, seguido por el de los somalíes y luego hay un virtual empate entre el urdu-hindi y el portugués-español.
Sin embargo, mientras las comunidades de habla española y portuguesa tienden a asociarse conjuntamente de acuerdo a sus respectivas lenguas, las que provienen de la antigua India británica lo hacen tomando muy en cuenta el factor religioso. Así, por ejemplo, los musulmanes bengalíes o los punyabíes se juntan con sus correligionarios de otras naciones (antes que, en muchas partes, con quienes hablan su misma lengua pero rezan, comen, se visten y tratan a la mujer diferente) en torno a las mezquitas y a las asociaciones comunitarias que hay en torno a éstas.
Una lección para los iberoamericanos de UK
Al ver el poder que viene adquiriendo esta comunidad uno busca ver cuánto de ese camino falta para tramontar a los iberoamericanos.
Lo primero que llama la atención es el hecho de que en las elecciones del 2010 ningún iberoamericano fue electo ni como parlamentario ni como concejal. Ciertamente hay importantes figuras hispanas en UK (la vice-‘primera dama’ Miriam González, la euro-parlamentaria argentino-española Marta Andreansen y el ex aspirante a líder del conservadurismo Michael Portillo) pero no se ha logrado estructurar un ‘pool’ iberoamericano en la política local, aunque el número de parlamentarios y lores vinculados a comisiones de trabajo iberoamericanas sea mucho mayor al ligado a Bangla Desh.
Esta falta de inserción de los iberoamericanos en el proceso político se refleja en muchas cosas. He aquí algunos ejemplos.
El español ya se ha convertido en la segunda lengua de los colegios secundarios británicos. Solo le aventaja el francés, el cual fue idioma oficial de este reino entre los siglos XI y XIV. Sin embargo, ni éste ni su primo (el portugués) figuran entre los 10 idiomas en los cuales se anuncian traducciones para la alcaldía de Londres.
No hay servicios en español/portugués en muchas aplicaciones o para ir al médico, pese a que ambas son lenguas oficiales de la Unión Europea y a que los nacionales de España y Portugal (incluyendo a los numerosos latinos y africanos que tienen ciudadanía de éstos) no requieren aprende el inglés para conseguir la residencia (a diferencia de los asiáticos y bangladeshís que si la requieren).
Pese a que en Londres hay más hablantes del portugués que en cualquier ciudad hispana no existe aquí si quiera un centro con servicios portugueses. Los ofrecimientos de Lambeth para implementarlo no van despegando mucho.
Si hoy el mayor rascacielos británico está en Tower Hamlets el que le superará en tamaño ya se puede divisar en Southwark. Su construcción en London Bridge (cerca al Tito’s y la Pollera Colorá) viene encareciendo las rentas y obligando a que se vaya presionando para una limpieza social. El hermoso mercado de la Hays Galleria ha sido desalojado ilegalmente para conseguir inquilinos que paguen más.
Las construcciones en Elephant and Castle amenazan con limpiar étnicamente a los hispanoamericanos de un barrio en el cual están tan ligados.
Una de las nuevas propuestas es demoler el Fusion Centre, el lugar donde funciona la iglesia cristiana evangélica latina más grande de Europa y donde nuestra comunidad ha hecho las mayores asambleas con políticos. Sin embargo, esas presiones se tornan fuertes por la debilidad de nuestra comunidad en cuanto a representatividad política.
Basta comparar la situación que hay entre las iglesias evangélicas y católicas que están entre Elephant y Vauxall (la de la Comunidad Cristiana de Londres en el óvalo de Elephant y las dos católicas hispanas en la catedral de St. George y en la Capellanía Latino Americana/ iglesia de Santa Ana). Pese a que allí pueden ir tantos o más feligreses que los que van a la gran mezquita del este de Londres su poder no le llega ni a la rodilla de esta última, la cual, según algunos medios, es el eje de todo un movimiento que ha logrado hacer primero que Tower Hamlets apruebe elegir directamente a un alcalde y luego que el nominado sea uno ligado a ellos.
Las instituciones que ayudan a nuestra comunidad, como el Teléfono de la Esperanza, la Casa Latina, Carila, Girassol, IRMO, etc., languidecen por espacios y fondos.
Los dos últimos casos de deportaciones con hechos de violencia se han dado en la última quincena contra un angolano y un colombiano. Mientras el primer miembro de nuestra comunidad murió, el segundo denuncia heridas.
Sin embargo, los pasos para estructurar una alianza de comunidades iberoamericanas que les una y represente recién están en sus primeros pasos.
El día en que hispanos y lusófonos, latinos e iberos, andinos y brasileros sean capaces de estructurar un bloque que logre nuestro reconocimiento como minoría y su derecho al voto habrán empezado a recorrer el primer techo que los bangladeshís les muestran.