WASHINGTON - La fuerza e ira de unos 80 tornados se creó sobre 12 estados del Medio Oeste estadounidense, trayendo consigo muerte y destrucción: alrededor de unas ocho personas fallecieron y varias decenas fueron heridas a su paso, pero fue aún peor en el condado de Washington, Illinois, la zona más azotada, aunque no se descarta que el número de víctimas pueda aumentar en las próximas horas.
Este es un balance aún parcial, vista lo enorme del área destruida por esta sorprendente ola de mal tiempo, que de hecho es inusual para esta época del año, en la que se creía terminada la temporada de tormentas de gravedad.
Además de la perturbación, ya bastante debilitada, sigue desplazando ahora hacia el este, rozando las costas atlánticas de Boston y de Canadá, ya que se puso en marcha la maquinaria de auxilio en los 12 estados sacudidos por el desastre, y el presidente Barack Obama, en tanto, se mantiene informado sobre los daños causados.
El epicentro de los tornados fue Illinois del sur, en donde los pueblos enteros fueron arrasados y eliminados del mapa.
Pero los tornados, que en algunos casos giraban más fuerte que los 300 kilómetros por hora, también azotaron Michigan, Wisconsin, Missouri, Ohio, Kentucky, Tennessee, West Virginia, Virginia, Pennsylvania y la parte occidental del estado de Nueva York.
El lugar símbolo de la tragedia es Washington, un pequeño centro de apenas 16.000 habitantes, ubicado a 140 millas al sur de Chicago, donde se reportó el mayor número de víctimas. Aquí los vientos barrieron todo lo que alcanzaron a su paso: tejados, automóviles, árboles, palos de la corriente eléctrica.
Todo voló por los aires, como hace seis meses ocurrió en Moore, un suburbio de Oklahoma City, golpeado por uno de los tornados más potentes de la historia de Estados Unidos. Hoy todavía más de 300.000 personas siguen sin luz, en su mayoría en Michigan, mientras miles de casas, construidas principalmente con madera, han quedado destruidas en la región del Midwest. En estas horas muchos relatan cómo lograron ponerse a salvo, reparándose a todo correr en los sótanos de casa.
Las televisiones transmiten imágenes de familias que lo han perdido todo y deambulan en lágrimas entre los escombros en busca de algún objeto de su pasado que haya sobrevivido a la violencia del tornado. Varias carreteras están aún cortadas, mientras retrasos se registraron en el tráfico aéreo: más de 230 vuelos del aeropuerto internacional de Chicago fueron cancelados y desviados al otro aeropuerto de la ciudad. Y ya se empiezan a calcular los daños, estimados de momento en decenas de millones de dólares.