Hasta el momento los científicos no han podido determinar de que se trataba esta epidemia egipcia.
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Los arqueólogos hicieron el descubrimiento de los restos de una peligrosa epidemia en Egipto tan peligrosa que Cipriano de Cartago, clérigo y escritor romano antiguo, tenía la creencia que el mundo pronto llegaría a su fin.
Durante los trabajos en el Complejo Funerario de Harwa y Akhimenru, en la orilla occidental de la ciudad antigua de Tebas (actual Luxor) en Egipto, los arqueólogos italianos se toparon con los cuerpos cubiertos con una gruesa capa de cal, usada históricamente como desinfectante y una hoguera con partes humanas donde se hizo la quema de las víctimas de la plaga, informa LiveScience.
Los artefactos, que tienen la fecha inscrita por los científicos en el III siglo d.C., coinciden con el momento en que una variedad de terribles epidemias ahora llamadas "plaga de Cipriano" destruyó al Imperio romano, que incluía a Egipto. Denominada así en honor a San Cipriano, obispo de Cartago y escritor quien describió la peste como una señal del fin del mundo, mataba a más de 5.000 personas al día solo en Roma, según el director del equipo de arqueólogos, Francesco Tiradritti. Todavía no se conoce exactamente qué enfermedad fue, pero los expertos hacen la suposición que se trata de un tipo de viruela o sarampión.
Los restos que fueron sacados de la tierra recientemente en Luxor subrayan la potencia de la peste que, por supuesto, no acabó con el mundo, pero "debilitó seriamente el Imperio romano, acelerando su caída", explica el investigador. Tiradritti no encontró pruebas de que las víctimas recibieran ningún tipo de rito religioso durante su incineración. "Tenían que deshacerse de ellos sin perder tiempo", cuenta en una entrevista.