Tras la muerte de los primeros dos líderes de las FARC y el retroceso que éstas vienen operando, Chávez ha dado un giro. Les ha llamado a entregar a los 800 rehenes “a cambio de nada” y a que abandonen la guerrilla.
Para muchos anticapitalistas, ello es una “traición” del chavismo, con la que evidenciaría su naturaleza “burguesa” y hostil a la “vía armada” y “revolucionaria”.
Para los “bolivarianos”, la posición de su Presidente no es un pedido para que los antiimperialistas hagan las paces con la “oligarquía”, sino para que la paz llegue a la región y que la izquierda armada colombiana no termine siendo aplastada.
Para muchos en el centro y la derecha, Chávez “sacrifica a las FARC” porque quiere “salvar su pellejo”, pues ésta se ha quedado sin sus dos cabezas y está perdiendo peso social y territorial, y porque así pretendería esquivar las acusaciones que le hace la Interpol acerca de que él ha estado financiando al “terrorismo colombiano”.
Las debilitadas FARC son presionadas por sus enemigos de Bogotá y sus amigos de Caracas para trocar las armas por las urnas, aunque deben negociar en condiciones inferiores a las que antes realizaron sus camaradas centroamericanos o irlandeses.
Al pedir a las FARC para que dejen los fusiles Chávez quiere distanciarse de radicalismos que le impidiesen su clamado fin de “aplastar” a la oposición venezolana en las elecciones venideras. Quiere mostrar a los gobernantes del mundo que sus relaciones con las FARC no eran para promover al “terrorismo” en su vecino sino para buscar persuadir a éstas para que se asimilen al sistema.
Guantánamo
La Corte Suprema de EEUU falló, por 5 contra 4 votos, reiterando que los prisioneros de Guantánamo pueden apelar ante cortes civiles y ser juzgados según la Constitución norteamericana.
Esto es un duro golpe contra Bush, quien ha ido confinando a cientos de islamitas (capturados en diversas partes del mundo acusándolos de terroristas) en una base naval que está fuera de EEUU, donde pueden ser tratados al margen de las leyes nacionales e internacionales.
Washington no ha querido acatar la Convención Internacional de Ginebra para el caso de prisioneros de guerra, aduciendo que sus detenidos no son soldados “legales” sino “combatientes ilegales”. En sus cortes militares se aceptan pruebas obtenidas en base a “coerción”, la misma que incluye el ahogar momentáneamente a los interrogados.
La nueva orden mina al actual gobierno y podría implicar el inicio del fin de los campos de detención en Guantánamo, algo que, además, pregonan los dos candidatos presidenciales.
Superpapás
Antes del Día del Padre dos activistas de “papás por la justicia” en Londres tomaron el techo de la que sigue al premier Gordon Brown en el liderazgo laborista. La Policía los arrestó, tal como ha pasado con otros activistas de este movimiento de padres y madres a quienes se les restringe ver a sus hijos y quienes hacen acciones temerarias disfrazados de superhéroes.
Antes los “padres por la justicia” lanzaron cordones con tinta al premier Blair y su gabinete dentro del mismo Parlamento, se treparon al palacio de Buckingham de la reina o se afincaron en varios predios públicos (uno de ellos estuvo varios días colgado en uno de los puentes del río de Londres con el traje de “Spiderman”).
Este movimiento se ha ido internacionalizando y en América Latina para este día del padre papás con trajes de Flash, Spiderman y el Zorro tomaron un monumento céntrico de Bogotá.
Tras que hace algunas décadas han crecido movimientos que piden más derechos a la mujer o a las minorías étnicas o sexuales, hoy son los papás quienes demandan que su rol en la crianza de los chicos y en la sociedad no sea relegado.
Con esas presiones varios juzgados se han ido tornando más accesibles a la tesis de la tenencia compartida entre padres.