Es cierto que la manía periodística de restarle importancia a hechos que atentan contra el ejercicio de la profesión, alienta agresiones, desmerita la profesión y porque gracias a Dios no somos los afectados, obviamos la solidaridad de gremio y nos lleva a que más temprano que tarde, nosotros seremos afectados ó las victimas.
Colegas , el tiempo es el único que da la razón a los seres humanos, y los hechos demuestran las verdades previstas, a nivel de profecía ,debemos atenderla, oírla y actuar con nuestro trabajo.
Amigos y amigas periodistas, la afirmación de que los gobiernos pasan y los medios de comunicación con sus periodistas quedan, es cierto, a como lo es también que muchos prefieren inclinar la profesión a favor del gobernante de turno, y con ello esos pecados los carga todo el gremio
Medios de comunicación, decidieron antes traficar con influencia y para ello inclinaron sus trasmisiones y plumas en contra del sandinismo y a favor de Violeta Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, en detrimento inclusive de enemistarse con amigos y obtener el favor de los gobernantes de turnos, dicho de otra manera, alquilando su perfil para hacerles imagen a esos gobiernos .
Casos como plegados a Gobiernos de Doña Violeta Barrios, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, indican que inclinar la profesión a un Gobierno es igual a convertirse en propagandista y no en periodista, en publicistas no en periodistas.
Ciudadanos que nunca fueron periodistas, ejercieron labores como tal, con una triste conclusión, ya no están en el medio, favorecieron a gobernantes tales como Enrique Bolaños y terminado la Administración ya no están en la Televisión caso de doña Rina Cardenal ó Jaime Arellano.
Tener preferencias partidarias no es problema, levantar banderas a favor de pobres ó de ricos, tampoco lo es, pero lo cierto es que los Propietarios de Medios tienen su derecho a esas preferencias, pero no echarle la culpa de su disminución de audiencia a los periodistas, ó obligarlos a cambiar su profesión de periodistas a propagandistas en un atentado contra la dignidad e integridad humana.
En aras de “periodistas profesionales” no podemos “descalificar” a nadie porque tiene militancia, más bien en el marco de esa profesionalidad, debemos atender que por lo menos tienen el civismo de expresar con orgullo su visión partidaria y no esconder la militancia bajo una neutralidad que no existe en ninguna profesión e intentamos darle atol con el dedo a nuestros lectores, oyentes ó televidentes declarándonos objetivos e independiente, censurando a quien nos parece enemigo político.
Otra cosa es, hacer del ejercicio profesional una labor de propaganda sistemática, otra cosa es irrespetar a los ciudadanos con la censura únicamente porque no asumen lo que los propietarios de Medios quieren, irrespetar al ciudadano mintiendo, manipulando y en el más abierto de los casos, censurando ó induciendo información con fines políticos muy determinados que transgrede los elementos básicos del ejercicio periodístico de presentar los hechos, los datos, no escondiéndolo ó tramando escenarios mentirosos.
Hacer del periodismo un ejercicio parcial, es locura, hacer del periodismo un ejercicio estereotipado, es burdo, hacer del periodismo una labor de buenos y malos, es en el más elemental de los casos estúpido y hacer del periodismo un ejercicio solo para políticos ó funcionarios “personalidades” ó entidades privadas y “religiosos”, obviando a la mayoría de los actores, que es la población, es estúpido.
Casos como el de agresiones contra periodistas en estos procesos políticos, sean de el medio de comunicación donde ejerza, debe ser condenados, no podemos ser solidario con unos e intolerante con otro, sólo porque no repetimos consignas, o no nos comportamos secretarios, como “toma notas”, nos agreden, eso debe ser condenado.
O cerramos filas ahora por nosotros mismos, ó seguiremos lamentándonos, pero tenemos que aprender a crecer como gremio, a forjar una conciencia profesional y rechazar el manoseo de todas las organizaciones periodísticas por unos cuantos que creen ser dueños de ellas.
A Salvar el periodismo, es la tarea de hoy. No más palabras, no más discursos, no más comunicado, es hora de defender nuestra integridad ante todos, no sólo frente al gobierno, sino a Partidos Políticos, la Empresa privada, las Iglesias protestantes y Católicas y entidades internacionales y nacionales como las ONGs y principalmente los dueños de Medios de comunicación.
*Periodista
