Durante meses los partidos de oposición de derechas han incrementado sus desesperados esfuerzos para desestabilizar a Nicaragua a partir de la derrota de su candidato en las elecciones municipales de la capital Managua. El domingo 9 de noviembre tuvieron lugar elecciones municipales en 146 de los 153 municipios de Nicaragua.
Los últimos resultados dan a la coalición Unida Nicaragua Triunfa, liderada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), 91 municipios, Managua incluido. El opositor Partido Liberal Constitucionalista consigue 50, el más pequeño Alianza Liberal Nicaragüense consigue tres con dos todavía sin determinar a día 12 de noviembre.
La victoria reproduce ampliamente los resultados de las elecciones municipales de 2004, con los departamentos de la Costa Pacífica votando a favor del FSLN y los del centro y la Costa Atlántica votando por los partidos liberales. Seis municipios de la parte norte de la Costa Atlántica votarán en enero una vez que la infraestructura y la organización estén funcionando tras la devastación que causó el huracán Félix en 2007. La votación tuvo lugar en calma, como es habitual, por todo el país. Posteriormente se ha torcido la cosa por alegaciones de fraude sin base y muy manipuladas y por la instigación de la derecha a la violencia.
La respuesta violenta de los partidos de la derecha por el fracaso puede parecer extraña ya que los resultados cambian poco los gobiernos locales de Nicaragua en cuanto al equilibrio de poder. Aunque hay una razón muy sencilla que explica la reacción tan desesperada de la derecha. Por primera vez desde el gobierno revolucionario de los años 80, el FSLN ha derrotado a un frente electoral de la derecha opositora. Desde las cruciales elecciones de 1990, la derecha ha disfrutado en Nicaragua constantemente un dominio electoral estructural. Estas elecciones han cambiado la realidad, probablemente para siempre.
El contexto de la desesperación de la derecha
Tras la toma del poder por parte de la coalición encabezada por el FSLN de Daniel Ortega en enero de 2007, le llevó varios meses a la oposición nicaragüense determinar cómo podrían minar de forma efectiva el programa del gobierno del FSLN. A mediados de 2007 escogieron una estrategia de desgaste con acusaciones de corrupción y represión. Las acusaciones de corrupción se centraron en los exitosos programas de reducción de la pobreza del gobierno.
El programa de Hambre Cero se destinó a las familias rurales de bajos ingresos. Micro-negocios urbanos han sido financiados por Usura Cero. Ambos programas priorizan a las mujeres. Calles para el Pueblo ha pavimentado cientos de kilómetros de calles en distritos urbanos abandonados. Casas para eL Pueblo ha facilitado casas asequibles a cientos de familias urbanas de bajos ingresos.
Todos estos programas fueron financiados con ayuda de Venezuela. Bien a través de créditos del Banco de Desarrollo Social y Económico, Bandes, bien a través de la estructura del ALBA vía créditos a largo plazo liberados por compras de petróleo mediante acuerdos energéticos concesionarios de Petrocaribe. Otros programas facilitados mediante la estructura del Alba con apoyo de Venezuela y Cuba son la Misión Milagro, un proyecto de salud, y Yo Sí Puedo, un proyecto de alfabetización.
Pero los programas de cooperación venezolanos han sido únicamente una parte del plan económico global del gobierno del FSLN, que se ha concentrado con éxito en la reactivación de sectores agrícolas pequeños y medianos con créditos, apoyo técnico e insumos. En conjunto, las exportaciones alcanzaron niveles récord en 2007 y de nuevo en 2008. Por esa razón el sector empresarial en Nicaragua ha trabajado bien con el gobierno de coalición del FSLN, especialmente con el vicepresidente, antiguo líder de la Contra, el banquero Jaime Morales Carazo. Lejos de espantar a la inversión extranjera, como predijeron los críticos con el gobierno, ésta ha crecido continuamente con grandes aportaciones de compañías de todo el mundo, incluyendo los Estados Unidos.
En el ámbito internacional el gobierno ha forjado relaciones no solamente con los principales países del ALBA, Bolivia, Cuba y Venezuela, sino también con países tan diversos como Taiwan, México, Irán, Argelia, Brasil, Rusia y Libia. El ex ministro de asuntos exteriores de Nicaragua, Padre Miguel D'Escoto, fue elegido presidente de la actual Asamblea General de las Naciones Unidas. Nicaragua trabaja estrechamente con sus vecinos de América Central. Mantiene, actualmente con algunas tensiones eventuales, relaciones con sus donantes tradicionales entre los países de la Unión Europea. A pesar de la profunda divergencia ideológica, el gobierno mantiene relaciones sorprendentemente cordiales con el gobierno de Estados Unidos. Justamente la semana pasada, el gobierno de Estados Unidos donó 5 millones de dólares para un programa de promoción de los derechos de la infancia.
Lo esencial de la desestabilización electoral
Parece que ha sido precisamente este extraordinario éxito lo que ha disparado la desesperación de la oposición de derechas en Nicaragua. Además de las habituales alegaciones sin base de corrupción, la otra línea paralela de su campaña de desinformación ha sido un coro chillón y persistente sobre represión y amenazas a la libertad de expresión. Es difícil para la gente que no vive en Nicaragua calibrar la perfidia y el engaño de esta campaña de desinformación. Las noticias se filtran a través de suposiciones social-demócratas falsas, acrecentadas con mentiras abiertas y cínicos montajes.
Uno de estos montajes fue la autodestrucción del opositor Movimiento Renovador Sandinista (MRS). A principios de este año mucha gente se quedó desconcertada por la decisión del Movimiento de no obedecer las demandas de las autoridades electorales para cumplir con las normas reguladoras de los partidos políticos. Una de los líderes del partido, Dora María Téllez, llevó a cabo una huelga de hambre muy publicitada en junio para llamar la atención de los medios de comunicación nacionales y extranjeros.
Hoy resulta evidente que Téllez y sus colegas decidieron deliberadamente desobedecer la ley electoral para destruir su propio partido político. Esta decisión tenía dos objetivos. En primer lugar les permitía reforzar su denuncia de que el gobierno es dictatorial, a través de una insistencia teatral en que su partido estaba siendo privado arbitrariamente de su estatus legal. En segundo lugar permitía a las facciones de derechas componer un frente electoral unido contra el FSLN con Téllez y el líder del MRS Edmundo Jarquín pidiendo a sus partidarios el voto para los candidatos de la derecha. Esperaban que esto beneficiaría especialmente a Eduardo Montealegre, líder de derechas que se enfrenta en la actualidad a acusaciones de corrupción y fraude, en sus esfuerzos para ganar la alcaldía de Managua, donde el apoyo al MRS es más fuerte.
El slogan del MRS en 2008 ha sido "Ortega y Somoza son la misma cosa". Han usado imaginería explícita para este slogan con el asesinato de Anastasio Somoza por Rigoberto López Pérez en 1956. El mensaje subliminal, siniestro y cínico, ha sido que el Presidente Daniel Ortega, legítimamente elegido, merecía el mismo destino. Este mensaje perverso llevó los límites de la campaña a tales extremos, que acusaciones menos virulentas pero aún gravemente dañinas parecían moderadas. El hecho paradójico de que la oposición se quejase de amenazas a la libertad de expresión al tiempo que pública y libremente sugerían que el presidente fuese asesinado, se ha mostrado como algo inexistente para los medios nacionales e internacionales.
La campaña ha sido facilitada por el monopolio casi completo de la prensa por parte de la familia Chamorro, entre las más prominentes de la oligarquía nicaragüense. Los Chamorro poseen los dos diarios más leídos e influyentes de Nicaragua, así como el control de los influyente programas de actualidad Esta Noche y Esta Semana. Esta plataforma mediática opera en coordinación con el derechista Canal 2 de televisión, líder en el país, cuyos presentadores han animado abiertamente en los últimos días los disturbios orquestados por Eduardo Montealegre y sus colegas.
Las ongs locales aliadas de la oposición también han jugado un papel vital en la campaña contra el gobierno, tal y como hicieron en Haití antes del golpe contra el Presidente Aristide, y como siguen haciendo en Venezuela contra el gobierno del Presidente Hugo Chávez. Recientemente, el gobierno nicaragüense se movilizó para impedir a las asociaciones sin ánimo de lucro, las ongs incluidas, que hagan uso de donaciones extranjeras para financiar actividades políticas contra el gobierno. El imperio mediático de los Chamorro se unió a representantes de las ongs, políticos de derechas y representantes de gobiernos extranjeros, para promover una reacción de protesta internacional. Como si hubiese un país en el mundo que tolerase tal abuso de los fondos donados por agencias internacionales de desarrollo.
Otro actor principal en la desestabilización del gobierno en Nicaragua ha sido la financiación por parte del gobierno de Estados Unidos a organizaciones de "fortalecimiento de la democracia", una característica constante de los esfuerzos de desestabilización europeos y estadounidenses por todo el mundo. Los dos más notorios en Nicaragua son Ética y Transparencia e IPADE. A lo largo de 2008 estas dos organizaciones han buscado deliberadamente crear una atmósfera de tensión y sospecha cuestionando la legitimidad de la autoridad electoral independiente.
Desde que el gobierno del FSLN tomó el poder en enero de2007, estas dos organizaciones y otras ongs han acusado sin cesar al gobierno de ser represivo. Ética y Transparencia ha tomado parte en marchas de la oposición que acusaban al gobierno de ser una dictadura. IPADE ha organizado congresos en los que los participantes, como el ex Presidente de derechas de Méjico, Vicente Fox, supuestamente invitado para hablar de democracia, ha criticado deliberadamente al gobierno de Nicaragua encabezado por el FSLN de acuerdo a líneas partidistas sectarias.
Las mentiras de los medios sobre las últimas lecciones municipales
Esta constelación de actores - políticos de derechas, medios de comunicación controlados por la oposición, ngos políticamente sectarias y agencias de "observación electoral" políticamente dirigidas - es abiertamente apoyada y animada por gobiernos extranjeros. Los más importantes son el de Estados Unidos y algunos de la Unión Europea. Éste ha sido el bloque opositor en conjunto, no sólo los partidos políticos de derechas, el que se ha enfrentado al gobierno liderado por el FSLN en las últimas elecciones municipales.
Tres mentiras principales han corrido en los medios nacionales e internacionales en relación a las últimas elecciones. La primera es que no había observadores electorales. De hecho, había unos 150 profesionales en elecciones en representación de las autoridades electorales de países de toda Latinoamérica. Estos observadores han ratificado que las elecciones en Nicaragua han sido libres, limpias y excepcionalmente bien organizadas.
La segunda mentira es que el gobierno de Nicaragua controla a la autoridad electoral, lo que refuerza implícitamente la mentira sobre los observadores electorales argumentando que "el gobierno rechaza la observación foránea". El Consejo Electoral Supremo es un poder independiente en Nicaragua y está compuesto por siete magistrados. Tres son de la oposición de derechas y tres del FSLN. El presidente del Consejo es actualmente una persona que no está identificada formalmente con un partido político, pero que es habitualmente acusado de favorecer al FSLN por la oposición y sus medios aduladores.
La tercera mentira es que la violencia en Nicaragua tras las elecciones la instigó el FSLN. De hecho la violencia en Managua del 10 de noviembre fue el resultado del ataque de varios cientos de partidarios del PLC, en una marcha encabezada por Eduardo Montealegre, sobre varias personas y de sus confrontaciones deliberadas durante su marcha hasta que la policía antidisturbios llegó para mantener el orden.
Posteriormente, durante todo el lunes día 10, gran parte del martes 11 y también hoy miércoles 12, grupos de partidarios de Montealegre han recorrido Managua provocando desórdenes. En un incidente, increíblemente desautorizado por Montealegre, un periodista de la emisora de radio FSLN sufrió una emboscada, fue apuñalado siete veces.y su coche fue incendiado. Antes de las elecciones el incidente más serio por mucho, en un periodo preelectoral tensionado, fue la espeluznante muerte de un activista del FSLN a manos de un partidario del PLC.
Pero en los medios occidentales, la violencia del lunes se presentó como una amplia protesta de miles de partidarios de la derecha enfadados. El diario español de centro-derecha El País pidió la intervención de gobiernos extranjeros. Como es costumbre, la campaña mediática internacional vaga y mal-informada se basa en informaciones falsas de los medios derechistas nicaragüenses. La manipulación y la distorsión engañosa es absolutamente evidente, tal y como lo es su información sobre los acontecimientos en Venezuela o Bolivia.
¿Por qué?
Quizás puede parecer extraño que unas elecciones locales que apenas tienen fuerza para cambiar el equilibrio de poder en Nicaragua causen tanto follón y contrariedad. Pero bajo la superficial irrelevancia, estas elecciones han cambiado fundamentalmente la configuración de las opciones electorales en América Central. Ahora el FSLN está en total disposición de ganar las elecciones presidenciales de 2011, incluso contra una oposición de derechas unida.
Tras la derrota de las propuestas constitucionales del gobierno de Venezuela en el referéndum de finales de 2007, parecía razonable para la derecha en Latinoamérica confiar en recuperar algo del terreno perdido. Las elecciones municipales en Nicaragua han hundido este proyecto de Estados Unidos y sus aliados en 2008. En Bolivia el gobierno de Evo Morales ha derrotado las aspiraciones de la oposición de provocar una guerra civil y ha logrado lanzar una nueva constitución para el país, aunque algo debilitada.
Venezuela celebra elecciones municipals el 23 de noviembre con probabilidades de que los partidarios de Chávez salgan mejor favorecidos que a principios de año. Hay muchas señales de que en marzo de 2009 el izquierdista FMLN ganará las elecciones presidenciales en El Salvador. Esto traerá el final a casi veinte años de dominación del partido ARENA de la extrema derecha. Ahora el gobierno de Nicaragua encabezado por el FSLN puede aspirar a derrotar a una coalición de la derecha en 2011 y así obtener un segundo mandato para consolidar su programa actual y llegar a ser el partido natural de gobierno.
Todo eso explica por qué ha habido tanta controversia sobre las últimas elecciones en Nicaragua. Esta derrota de la derecha puede muy bien empujarla a extremos más desesperados en su intento de impedir la continua deriva de apoyo hacia el gobierno del FSLN. Los tres años previos a las elecciones presidenciales de 2001 van a ser largos y difíciles.