Desde que era estudiantes de la escuela primaria he escuchado como un constante cacareo o más bien como una verborrea barata, a políticos decir que Francisco Morazán era liberal y uno de los fundadores de este partido aquí en Honduras, los militares por su parte, durante años se han adueñado de la imagen simbólica del héroe, queriéndonos vender la idea que este es su máximo referente, a través de los años, por una u otra razón nos hemos involucrado en el estudio de la vida y obra de este vigía de la patria y de la libertad, y nos hemos encontrado con la desagradable sorpresa que tanto políticos como militares nos han mentido sínicamente, pues ni Morazán era liberal ni los militares hondureños hacen honor a la memoria del héroe de Gualcho. Nosotros como “buena chusma que somos” nos gusta argumentar con hechos históricos y no con insultos baratos como hacen aquellos que para distinguirse de la “turba” se visten de blancas palomas, por ello como es nuestra costumbre y para hacer honor al héroe nos remitiremos a los hechos.
Después de un escandaloso fraude contra el conservador José Cecilio Del Valle (lo siento mucho señor Matías Fúnez pero no nos convencerá de lo contrario) es nombrado presidente de Centroamérica el salvadoreño liberal Manuel José Arce el 25 de abril de 1825, estas elecciones para presidente federal, además de ser amañadas eran arbitrarias desde todo punto de vista, pues se negaban los derechos naturales de los individuos, el derecho universal del voto como bien planteaba ya en 1762 el filosofo francés Rousseau en su Contrato Social, mas en Europa como en América los partidos políticos tanto liberales como conservadores, limitaron a través de sus estatutos el derecho de que todos y todas pudieran ejercer el derecho al voto, sustituyendo los derechos naturales planteados por Rousseau, por los derechos políticos conferidos por la ley en los cuales se enajenaba el voto, o sea que quienes no tenían bienes materiales ni educación no podía votar, estos incluían campesinos, artesanos, obreros, mendigos y mujeres ; fue de esta manera que las clases económicas dominantes las aristocracias y oligarquías protegieron sus interés y privilegios y detuvieron el asenso del poder de la gran masa campesina y proletaria después de la revolución francesa en todo el mundo occidental, Centroamérica no fue la excepción, pues en estas elecciones a pesar de ser miles los centroamericanos, y para que se tenga idea el escrutinio de las elecciones para presidente federal de Centroamérica en el año de 1824 se registro de la siguiente manera; José Cecilio del Valle 41 votos, Manuel José Arce 34, Alejandro Díaz Cabeza de Vaca 2, José María Castilla 1 y José Santiago Milla 1 para un total de 79 votos, resultado que se presto para la primera maniobra fraudulenta de la historia de nuestros partidos políticos, pues de estas elecciones se esperaban 82 votos, no se tomaron en cuenta los 79 votos , sino que los 82 donde Valle sale con la mitad, entonces en una jugada sucia se le delega al congreso la tarea de elegir entre los dos candidatos más votados, y como todo estaba ya planeado se pusieron de acuerdo liberales y conservadores, para variar como quien dice, liberales y cachurecos, quienes escogen como estaba previsto a José Manuel Arce. Para ese entonces era presidente del estado de Honduras el licenciado en leyes Dionisio de Herrera tío político de Morazán y a quien eligió como su secretario general. El señor Arce antes de su elección presidencial había sido uno de los valientes defensores de la independencia y tenaz combatiente de la incipiente aristocracia centroamericana, ya en el poder se coludió con estos a los cuales en un tiempo había combatido, regresándoles el favor por haberle ayudado en el fraude contra Valle.
Dionisio de Herrera encarnaba los más avanzados ideales de la democracia, principios de libertad y respeto al estado de derecho, mas identificado con el pensamiento de los revolucionarios jacobinos franceses que al liberal de su época, ideas que transmitió desde temprana edad a Morazán; esta concepción del respeto al gobierno constitucional que pregonaba Herrera contrastaba con la forma déspota y autoritaria del presidente Arce quien aliado a la aristocracia criolla y la iglesia católica feudal recalcitrante, representada por fray Ramón Casaus y Torres en Guatemala y el Vicario Nicolás Irías en Honduras, es así que José Manuel Arce se dispone a hacerle la guerra al presidente Herrera y al presidente de Guatemala José Barrundia, con los cuales no comparte la forma de gobernar, apresa ha este ultimo el 6 de abril de 1826 rompiendo de esta manera el orden constitucional, invade Honduras y después de incendiar Comayagua entonces capital de Honduras el día 10 de mayo de 1827 es capturado y llevado literalmente amarrado a Guatemala el presidente de Honduras Dionisio de Herrera, este hecho a toda costa injusto y bizarro, fue quizás el que impulso la carrera militar de Francisco Morazán, quien desde entonces libra una lucha encarnizada contra el despotismo de Arce y su aduladores aristócratas. Morazán después de algunos meses en prisión, forma un numeroso ejercito con soldados leoneses, salvadoreños y hondureños y llega a Guatemala con este, al que llamo ejercito protector de la ley y derrota al anti constitucionalista José Manuel Arce; Morazán bien pudo quedarse en el poder en ese momento, mas como buen alumno de Herrera, respetuoso del estado de derecho, convoco a una constituyente para celebrar nuevas elecciones, a pesar de las adulaciones y el ofrecimiento asolapado de la aristocracia guatemalteca para que este se quedara indefinidamente en el poder.
En 1837 dos reconocidos liberales José Barrundia y el entonces presidente de Guatemala Mariano Gálvez se enfrascan en una escandalosa lucha por el poder, incluso llegan al cinismo de pactar por separado, con el hombre que esta ese momento era el más furibundo enemigo alzado en armas contra el gobierno federal de Francisco Morazán, el mestizo de las montañas de Mataquescuintla Francisco Carrera, inspirado por dos representantes del cielo aquí en la tierra, el cura Duran y Francisco Aqueche quienes le habían metido en la cabeza, que Morazán era el enemigo de la santa religión y que él era el elegido por Dios para combatirlo.
El conflicto entre Barrundia y Gálvez surgió a raíz de la implementación en Guatemala del código de Edward Livingston que había sido hecho para el estado de Luisiana en E.U. Después traducido y adaptado para Centroamérica, en el se establecía el juicio por jurados, el abeas corpus, la supresión de la pena de muerte, el matrimonio y divorcio civil y algunos cambios administrativos que llevaban a la descentralización de cada uno de los estados, esto incomodo al presidente Mariano Gálvez quien junto a los militares guatemaltecos había impuesto un gobierno de mano dura, Gálvez desde el primer momento se dedico a boicotear el código Livingston, esto mas el hecho de no atender una recomendación para emplear en su gobierno a un pariente cercano de Barrundia famoso por su escandalosa vida privada (al pariente de Barrundia le encantaba empinar el codo) todo esto hizo que explotara el conflicto, después de varios dimes y diretes entre ambos, estos por separados intentaron traer a sus filas al salvador de la santa religión quien ya para entonces tomaba fuerza en la comunidad indígena guatemalteca, y así es que, el 2 de febrero de 1838 entra Carrera flanqueado por José Barrundia a ciudad de Guatemala; según el biógrafo norteamericano Stephens, tres días duraron las negociaciones para que Carrera y su gente desalojara la ciudad la que amenazaba con saquear, la oligarquía de Guatemala asustada por el vandalismo de Carrera y su gente se vio obligada a ofrecerle la cantidad de once mil dólares para él y su ejército mas otros cachivaches propios de la guerra.
Debido al llamado de socorro de la comunidad guatemalteca para salvarlos de las intenciones de Carrera, Morazán llega con un mediano ejercito a ciudad Guatemala el sábado 14 de abril de 1838, es recibido con alegría y mucho jubilo por la ciudadanía, dos días después 187 distinguidas personalidades de la vida pública de Guatemala, entre liberales y conservadores le proponen a Morazán a través de un escrito, que debido a la caótica situación originada por José Barrundia, Mariano Gálvez coludidos con Carrera, asumiera la dictadura del país para ponerle un fin radical a la división del partido LIBERAL.
Morazán contrario a nuestros olímpicos militares no cayó en la trampa, y contundentemente rechazo semejante ofrecimiento, pues una vez mas no se prestaría para violar la constitucionalidad, curiosamente estos mismo oligarcas que le ofrecieron la dictadura, son los que unos días después lo traicionan, conspirando contra el gobierno federal, los liberales que lo llamaron pidiendo auxilio le negaron el apoyo militar que le habían ofrecido y pactan con Carrera despedazando de una vez por todas el sueño de la gran nación Centroamericana, entregando a Guatemala a Carrera y a la iglesia católica feudal a través de una despótica dictadura que duro más de treinta años; de allí tuvo que escapar Morazán de una muerte segura. A través de una ingeniosa estrategia logra romper el cerco tendido por más de cinco mil indígenas de las hordas carreristas apoyados por liberales, conservadores y la iglesia feudal. Bajo la oscuridad de la noche, sobre cadáveres y bajo una copiosa lluviosa, a fuerza de la traición nuestro héroe se da cuenta tarde ya, que ni liberales y ni militares, son de fiar.
A través de la historia podemos ver que ni los liberales han sido verdaderos demócratas (entendemos por democracia Demos-Pueblo Cratos-Poder, o sea el poder del pueblo) ni los militares han sido nunca respetuosos del estado de derecho y mucho menos UNIONISTAS. De donde putas les salen decir que son Morazanista!!!
Porque la historia es el instrumento infalible de la verdad.
*Compositor hondureño