Son muchos los que prefieren vivir permanentemente en el engaño “dejar hacer, dejar pasar” o al mejor estilo del avestruz, enterrando la cabeza pretendiendo vanamente ocultarse de la realidad que los rodea. A decir de esos muchos, esa es también una opción valida de transitar por la vida “Tapar el sol con el dedo gordo de la mano”.
Entre otros graves problemas, el legado de la administración Bush en temas de economía ha sido desbordado por una preocupante y angustiante realidad (recesión) que debemos confrontar tirios y troyanos, los que no tuvimos vela en este entierro, pero que asumimos el pasivo de una deficiente administración republicana encabezada por un presidente con el mas bajo nivel de aprobación (23%) al termino de su mandato. En ocho años de gobierno la representación del partido republicano en el Congreso estadounidense en complicidad con un sector demócrata, poco o casi nada hicieron para alertar y prevenir sobre lo inminente del colapso económico que provocaría el desmedido afán rentista de los colocadores inmobiliarios del “creditos subprime” o llamadas “hipotecas basura” (prestamos de altísimo riesgo a personas con dudoso historial de crédito).
Cuando en Agosto del 2007 la crisis financiera hizo “metástasis” y se irradió por todo el planeta, muchos no creyeron en sus letales consecuencias. “Las fuerzas del mercado por si solas, sin intervención del estado, solucionaran el problema” fueron las apocalípticas respuestas dogmáticas de los seguidores de Adam Smith y Milton Friedman.
Poco tiempo después, los menos fundamentalistas pedirían disculpas por los errores cometidos. En el Reino Unido se ha nacionalizado la banca con US$ 88,000 millones, en Alemania con US$ 109,000 millones, en Francia con USS 55,000 millones y en EE.UU con US$ 250,000 millones de dólares americanos, por citar algunos países; con dinero proveniente del sector publico, es decir, dinero del contribuyente que es obtenido de la recaudación de impuestos o contratación de nueva deuda mediante colocación de bonos soberanos con garantía del estado, y en el extremo posible, apelando a la imprenta de la FED o la “maquinita” como se suele decir en Latinoamérica.
“Este no es el momento para el pensamiento convencional o dogmas anticuados, sino para nuevas innovadoras intervenciones que alcancen el corazón del problema” fueron las expresiones del primer ministro británico Gordon Brown, que justifican la intervención del estado en el sistema financiero/bancario de Londres. Y así como en Inglaterra, Alemania, Francia, España, EE.UU y otros, una palabra se fue acuñando en sus economías con el pasar del tiempo: RECESION. y a ella se fueron sumando otras como inflación, deflación etc.etc. Países creadores del capitalismo habrían empezado a escribir su obituario. UN CONFIRMADO: La Unión Europea esta en recesión.
De los US$ 700,000 millones aprobados por el ex/presidente George W. Bush el 3 de Octubre del 2008 para acudir en rescate del sistema financiero y paliar los “riesgos sistémicos” en los mercados de capitales, afortunadamente, US$ 350, 000 millones tendrían mejor destino, porque los anteriores fueron dispuestos de forma arbitraria y sin ningún control ni fiscalización por orden del anterior Secretario del Tesoro Henry Paulson.
Ante tales situaciones y motivado por una creciente ola de malestar ciudadano provocado por el dispendio injustificable de recursos públicos, el presidente Obama se vio en la obligación de poner límites a las remuneraciones de los ejecutivos del sector privado, fijándola en US$ 500,000 anuales por todo concepto. Esta medida ha sido duramente criticada por propios y extraños, y hay quienes con calificativos extremos la tildaron de intervencionista y socialista.
Para mejor ubicar la real situación del problema, agreguemos las recientes declaraciones de Carlos Slim el segundo hombre con mayor fortuna y más influyente del planeta, con respecto a la economía de su natal país: México, “No quiero ser catastrofista, pero hay que prepararse para prever y no estar viendo las consecuencias y estar llorando después” quien proyecta para México, el aumento del desempleo a niveles de los años 30’ debido a una drástica caída del PBI. (Quiebre de empresas, cierre de negocios y desocupación de inmuebles).
Todo este preámbulo necesario, sea para otorgarle al presidente Barack Obama sin mezquindades ni ambages, su legítimo derecho a intentar resolver un problema heredado de consecuencias inimaginables, en los términos de solución que su administración propone. “Cualquier cosa que hagamos, es mejor que no hacer nada” habría dicho Obama, para luego predecir: “Podemos elevar nuestro nivel de riesgo, al de catástrofe, sino se toman acciones radicales e inmediatas”.
Después de muchos cabildeos, el renuente partido republicano le concedió 3 votos posibilitando que el senado aprobara por 61 votos a favor y 37 en contra, el plan de estimulo a la economía. Siguiendo el debido proceso, reconciliados los montos aprobados por la cámara de representantes (US$ 819,000 millones) y el senado (US$ 838,000 millones) acordaron finalmente aprobarlo por US$ 789,000 millones y dejarlo expedito para su posterior ratificación por la Cámara de Representantes en lo que resta de la semana y, su luego promulgación por el presidente Barack Obama.
A grandes rasgos, el paquete del plan de estimulo contempla cifras del 64% para gastos por inversión y 36% para reducción de impuestos, proponiendo recortes impositivos (tanto al ciudadano común y corriente como al empresarial), gastos en infraestructura (reparación y/o construcción de escuelas, carreteras y puentes) y ayuda para los estados de la Unión que enfrentan serios problemas de apertura presupuestal. Todas estas medidas en su conjunto impedirían seguir aumentando el número de desempleados (600 mil en Enero/09 y 12 millones en el acumulado), el paulatino recupero del empleo en el orden de los 4 millones y reactivar en simultaneo, otros álgidos rubros de la economía del país. Habrá un largo y escabroso camino por recorrer, lleno de dificultades y sobresaltos, pero algunos de sus principales obstáculos se irán eliminando en la medida en que se implementen las medidas adoptadas por la administración Obama, si y solo si, se efectúen adecuadas medidas de supervisión y fiscalización de los dineros del contribuyente. Las operaciones de Wall Street, hoy en día, se han trasladado a las oficinas del Congreso, habría confirmado el congresista Luís V. Gutiérrez (D). El déficit anual se estima en US$ 1 billón y la deuda nacional asciende a la friolera de US$ 11 billones. Parafraseando un ganador lema de campaña del Señor Presidente Obama: ¡Si, se puede!
*Director-PACC of Stamford-Connecticut-USA
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