El ex – ministro de la presidencia, Ing. Antonio Lacayo Oyanguren, en el período presidencial de doña Violeta Barrios de Chamorro, 1990-1997, presentó el pasado viernes su libro titulado, La Difícil Transición Nicaragüense, en el gobierno de Doña Violeta , en la cual se refiere en 700 páginas a los momentos complicados cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, luego de llegar por las armas al poder con el derrocamiento de la dictadura de Somoza, en julio de 1979, es derrotado por una coalición de partidos agrupados y apoyados por los Estados Unidos, en la Unión Nacional Opositora, UNO, en Febrero de 1990.
En el programa televisivo Esta Semana del ex –sandinista Carlos Fernando Chamorro Barrios, el otrora todopoderoso Antonio Lacayo Oyanguren, yerno de la ex mandataria de Nicaragua, Doña Violeta, se refirió a los momentos intrincados de esa etapa política de Nicaragua. Uno de los instantes político lo significó el incidente que se dio en el año 1993 cuando la ex presidenta Chamorro decidió elegir a un nuevo jefe de Ejército y sustituir al resistente General de Ejército, Humberto Ortega Saavedra de las estructuras militares nacidas de la Revolución Sandinista. Dice que en aquel momento Doña Violeta estuvo a punto de renunciar por las presiones que recibió de los hermanos Ortega Saavedra quienes la hicieron un sándwich, uno al lado del otro, para que desistiera de su propósito de cambiarlo en el mando de la jefatura del ejército.
En otro punto el ex ministro de la presidencia, Antonio Lacayo Oyanguren, recordó que cuando las protestas habían logrado paralizar el país, prácticamente casa presidencial, estaba sin ningún tipo de protección, ni seguridad militar, ni policial. En esas circunstancias un Ministro del gobierno se trasladó a pie hasta la sede del gobierno a decirnos desde su oficina ministerial, lo fácil que era que alguien entrara al local de la presidencia. Yo lo único que hice fue llamar al estado mayor del ejército y les expuse que doña Violeta en ese momento se dirigía a su casa de habitación, sin ningún resguardo de seguridad. Así estaban las cosas, recordó Lacayo Oyanguren.