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ACTUALIZADO: 10 DE ABRIL DE 2006
Rosendo lamentándose por su caída del boxeo
Foto por: Juan Arévalo  
“No tengo excusas, perdí por falta de condiciones físicas y este revés me ayudará a concentrarme en mi trabajo”
Rosendo en el ring de boxeo.
Por Juan Arévalo

Los cronistas deportivos le dicen a Rosendo Álvarez que busque definitivamente salirse del boxeo profesional luego de su estrepitosa caída ante Jorge “el travieso” Arce el pasado sábado 8 de abril del 2006. De nada sirven los lamentos de Rosendo quien dijo que cayó en la trampa del mismo travieso Arce quien le  había dicho que pelearía con un peso de 115 libras cuando en realidad llegó a pesar 111, se lamentó el nicaragüense Alvarez. Una actitud infantil y voluntariosa. Las reglas señalan un peso específico de 112 libras de la CMB. De nada sirve que haya dicho que era “un irresponsable.” “Esto pasó porque me confié y no le dediqué el tiempo necesario a mi preparación”.

El ex –campeón dijo: “No tengo excusas, perdí por falta de condiciones físicas y este revés me ayudará a concentrarme en mi trabajo”. Espera una revancha que se la prometió Don King, dijo el triste boxeador Álvarez. Rosendo dijo “hice cosas que no son gratas para Dios, quien me corrigió por lo malo que he hecho, ahora hay que recapacitar y pedirle perdón”, afirmó el pugilista derrotado. El mexicano Jorge “el travieso” Arce dijo que con gusto le brindaría otra oportunidad a Rosendo. “La callé la boca con la paliza que le pegué”, dijo. Como se recordará en un evento deportivo en el cual fue invitado el “Travieso” Arce a Nicaragua, Rosendo lo retó a los puños y estuvieron a punto de darse de golpes.

En esa ocasión fueron separados para evitar cualquier controversia. El Travieso por medio del micrófono había manifestado que el 8 de abril le demostraría  a Rosendo sus capacidades boxísticas.  Lo demostró y de eso no queda le menor duda. A Álvarez parece que le sucedió lo que se decía en la película El Padrino como recomendación del propio Padrino de que  “al enemigo no hay que odiarlo tanto”.

A Rosendo se le metió en su cabeza el  odio y miró al travieso como su enemigo y además se confió de su experiencia y sus capacidades. La vejez lo derrotó. Sólo basta observar el pasado y la caída de los grandes. De esto debería de tomar lección el prepotente de Ricardo Mayorga Pérez  a quien se le acerca también las horas de su enfrentamiento final con De La Hoya.

Debe de ser humilde y no tratar a los medios periodísticos con saña porque los periodistas no son sus enemigos. Todo por el bien de Nicaragua y de su imagen. Rosendo cayó mortalmente en un KO dirigido en el sexto asalto directamente el hígado por un poderoso gancho izquierdo de Jorge “el travieso” Arce de México. Cuidado Mayorga aprende la lección.

 
 
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