LA CONFLAGRACIÓN entre árabes e israelíes puede cambiar en los próximos días, dependiendo de las acciones de los beligerantes y si la diplomacia internacional, con el aval de Estados Unidos y de las Naciones Unidas, logran frenar la sangrienta ola de violencia, según advierten expertos y analistas consultados por Panamá América.
Entretanto, las tropas israelíes incursionaron en el sur del Líbano y trabaron fuertes combates con los guerrilleros del grupo chií del Hizbulá, lo que causó bajas en ambos bandos.
Mientras, la cadena de noticias Fox News reportó la caída de misiles del Hizbulá sobre la ciudad de Nazareth, en Galilea.
Los bombardeos de la aviación israelí se centraron en objetivos descritos como puestos del movimiento islámico Hizbolá en Beirut y los alrededores.
Según residentes del pueblo libanés de Srifa, a unos 30 kilómetros de Tiro, al menos 12 personas murieron tras bombardeos israelíes que destruyeron viviendas.
A su vez, el alto representante de Política Exterior de la UE, Javier Solana, y la ministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, exigieron la "inmediata e incondicional" liberación de los soldados israelíes secuestrados por el Hizbulá y por HAMAS, hecho que Solana calificó de "absolutamente inaceptable".
ASEGURANDO EL FUTURO
La reciente ofensiva israelí sobre el Líbano puede también tener otras motivaciones estratégicas para Jerusalén, según expertos y analistas internacionales.
Isaac Bigio, analista internacional latinoamericano proveniente de la London School of Economics, considera que los israelíes están "asegurando el terreno post-crisis", para luego comenzar el repliegue de tropas en Cisjordania.
Bigio indicó que en parte es "justificable" la ofensiva militar israelí, debido a que el Tazhal (Ejército hebreo) busca eliminar en lo posible todos los reductos armados de los grupos extremistas islámicos de HAMAS (en las zonas palestinas) y de Hizbolá (en el sur del Líbano).
El analista señala que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, no le preocupa el provocar al HAMAS o a Hizbulá, logrando que la autoridad de estos crezca en sus respectivos pueblos. Es mas, en cierto modo ello le crea una ventaja a Israel.
"HAMAS y Hizbulá son nacionalistas islámicos radicales que quieren destruir a Israel y reemplazarlo por una república dominada por musulmanes, y que lanzan atacantes suicidas con bombas contra civiles hebreos de todas las edades", destaca Bigio.
Continúa el experto diciendo que "Israel quiere demostrar al mundo que ellos están cercados por -terroristas-. Por ello, se justifica las acciones agresivas israelíes en Gaza y Líbano", recuerda Bigio.
Más aún, el experto internacional señala que el hecho que los palestinos tengan un gobierno "intransigente" que no quiere reconocer a Israel, le puede ayudar a Olmert a plantear la necesidad de coartar sus fondos y reprimirles selectivamente, así como decir que, a falta de un socio con quien hacer la paz, está solo puede ser hecha en torno a los linderos que Israel trace y que se fortifique con un alto y costoso muro alrededor de Cisjordania.
DIALOGO ES POSIBLE
Otra postura tiene el sociólogo árabe norteamericano Ayad Qazzaz, que ve en la "agresión" israelí una forma de Estados Unidos de cambiar la atención pública enfocada en la guerra de Irak, mirando está vez en el conflicto en el Líbano.
Qazzaz, profesor de la California State University, estima que el conflicto tiende a extenderse hacia Siria y que hará más irreconciliables las posiciones entre el bando israelí y los países árabes vecinos, antes encaminados a un "proceso de paz" desde 1993.
El sociólogo norteamericano todavía considera probable que los Estados Unidos pueda hacer algo para detener la espiral de violencia en Oriente Medio.
"Estimo que en pocos días, ellos (Washington) puedan proponer una solución basada en las demandas israelíes. ¿Lograrán los EE.UU. en convencer a las Naciones Unidas para apoyar estas demandas? Probablemente sí", destacó Qazzaz.
Finalmente, el experto advierte que las tensiones entre Israel con sus vecinos árabes se mantendrán hasta que se solucione la crisis en los territorios palestinos.
"¿Una resolución de la ONU solucionará el problema? La respuesta es no. Hasta que los problemas palestinos no se resuelvan, la crisis continuará tensa y volátil", concluye Qazzaz.