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ACTUALIZADO: 29 DE AGOSTO DE 2006

Stroessner y Castro

Por Isaac Bigio

Desde que hace 230 años se conformó la primera república americana, solo dos hombres han llegado a gobernar alguna de éstas por más de un tercio de siglo. A fines de julio, esos dos peronajes, pese a ser enemigos y vivir separados en distintas ciudades, por una extraña coincidencia, se operaron simultáneamente de emergencia.

A mediados de Agosto mientras Fidel Castro celebró su 80 aniversario mostrando cierta recuperación, Alfredo Stroessner falleció cuando le faltaban siete semanas para su 94 cumpleaños.

Un golpe militar puso a Stroessner en palacio en 1954 y otro lo sacó en 1989. Una revolución popular llevó a Castro al poder en 1959 y aún en sus casi 48 años de gobierno no se ha producido ninguna revuelta popular que la cuestione (y que podría ser la única forma en la que podría acabar su régimen).

Para la opinión liberal que prima en el hemisferio ambos implantaron tiranías basadas en partidos únicos y en el culto a la personalidad. Paradójicamente, ambos partidos oficiales siguen usando como símbolos la bandera roja, la estrella y el fusil.

Sin embargo, hay una gran diferencia entre ambos regímenes. Si Castro hizo que Cuba - la única república hispana rodeada de mar- se convirtiera en una ‘dictadura proletaria’ aislada en la región, Stroessner hizo que Paraguay – la única república hispana que nunca tuvo mar – deviniese en un modelo de ‘dictadura anticomunista’ que inspiraría a otras juntas militares posteriores en la mayor parte de la región.

Desde 1870 hasta hoy Paraguay ha estado regido, salvo periodos como en 1906-1946, por presidentes que han fundado o conformado el Partido Colorado. Stroessner mantuvo la estructura de su partido y sociedad. Como buen Colorado privilegió lazos con Brasil, los que permitieron luego construir con ellos la mayor hidroeléctrica del mundo (Itaipú) y que luego permitieron que en sus 17 años de exilio viva en ese país, aunque Brasil haya tenido presidentes como Cardoso y Lula rodeados de funcionarios que fueron torturados por la Operación Cóndor que Stroessner impulsó.

Cuba, en cambio tuvo una radical ruptura. Una economía de libre mercado tan ligada a EEUU fue nacionalizada y puesta bajo un plan. El nuevo estado cubano pasó a dominar a la economía y logró una red de apoyo social garantizando salud y educación gratuitas y una inicial disminución de las desigualdades sociales.

Stroessner y Castro se fortalecieron gracias a la guerra fría. Cuando esta llegaba a su fin, EEUU necesitaba desprenderse de sus anteriorer peones ‘gorilas’ para poder afilar major su ofensiva liberalizante. En el año que cayó la bipolaridad (1989) Stroessner fue depuesto por un pariente, en cambio Castro supo mantener su sistema (pese a la liquidación del bloque soviético) haciendo concesiones al mercado y apelando a ofrecer un nivel de vida mejor que el de muchos países de su región y el representar la ‘soberanía nacional’ contra el ‘imperialismo’.

Dictaduras como las de Stroessner o Pinochet pueden irse sin que se produzca un mayor trastocamiento en la sociedad. Los colorados siguen gobernando Paraguay y en Chile el Partido Socialista de Allende que Pinochet derrocó ahora administra la economía monetarista que dicho general sembró.

En cambio, el regimen castrista no puede gradual y pacíficamente evolucionar en una democracia multipartidaria basada en el libre mercado, tal cual es el modelo del resto del continente. Los intentos que han tenido los antiguos Partidos Comunistas dominantes de Rusia, Serbia o Bulgaria para liderar tal transición condujeron a que éstos fuesen a la larga hechados del poder. Es por ello que el Partido Comunista de Cuba quiere seguir la ruta de China y Vietnam de mantener su monopolio en el poder pero tratando de conciliar el plan con el mercado.

 
 
     
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