El domingo 5 de Febrero Costa Rica tuvo sus elecciones generales, dos meses antes que las peruanas del 9 de Abril. En ambos procesos actúan como protagonistas socialcristianos, socialdemócratas y nacionalistas anti-TLC.
En Costa Rica esta el único gobierno socialcristiano de América Latina, el mismo que, tras 8 años en el poder, saca 3.4% de los votos. Su candidato (Toledo) queda cuarto y estuvo tan desacreditado como lo esta el mandatario peruano quien tiene el mismo apellido.
En Perú, en cambio, Lourdes Flores encabeza las encuestas y podría llevar por primera vez a la presidencia a una mujer y a una de las fracciones de la Democracia Cristiana fundada hace 6 décadas.
El tercer lugar en Costa Rica lo ocupa el Movimiento Libertario con 8.4%. Este se inspira en las ideas del Movimiento Libertad creado por los Vargas Llosas en Lima hace 16 años. Mientras los libertarios ticos han superado a los socialcristianos acusándolos de amercantilistas, los peruanos son allegados a Flores.
El primer puesto en Costa Rica queda virtualmente empatado entre el ex presidente y premio Nobel de la paz Oscar Arias y su ex ministro Otto Solas, cada uno con un 40%. El primero esta muy ligado a Alan García (con quien converge en la necesidad de apoyar tratados de libre comercio pero con matices sociales y proteccionistas) y su Partido Liberación Nacional es la fuerza centroamericana históricamente mas hermanada al APRA peruana.
El segundo cuestiona al TLC y al neo-liberalismo. En esto se parece al ex comandante Ollanta Humala. Mas, Ortiz es critico a Chávez, tiene un partido estructurado y depurado, su programa es más civilista, anti-corrupción y democratizante y ha logrado tejer una alianza con gremios laborales y agrarios. Humala, en cambio, apoya a Venezuela y Bolivia, aun están formando un conglomerado poco homogéneo y no ha logrado atraer a los sindicatos.
Mientras la presidencia tica se decide entre dos centro-izquierdistas que difieren en torno a apoyar o revisar el TLC, en Perú la polarización se dará entre los socialcristianos y un centroizquierdista ya sea en su versión socialdemócrata (APRA) o nacionalista pro-Chávez (Humala).