La Jornada
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ACTUALIZADO: 6 DE FEBRERO DE 2006
Carta a un hijo raptado
Se que cada vez que salgo a la prensa buscarán usar ello para predisponerte contra mi, pero es la única vía que tengo para poder dirigirme a ti. No nos deja ninguna posibilidad para tener una conversación privada o incluso pública
Por Isaac Bigio

Querido José:

Hoy 4 de Febrero (el pásado sábado) cumples 16 años. Cuanto hubiese querido estar celebrando contigo, con tus amigos y tus hermanos.

Desgraciadamente desde Septiembre no se donde estás. No haz podido ir a tu escuela y terminar el cuarto grado de secundaria. Tus amigos y profesores del Colegio Peruano Británico me han dicho que te echan mucho de menos y que han intentado en vano llamarte o chatear contigo. Tu tutor conoció a nuestra familia.

Te he buscado en Perú por muchas partes pero no te encuentro. Me imagino que debes estar sufriendo por la inseguridad en la que te han puesto y por que te privan de poder comunicarte con tu padre, tus hermanos, tus amigos, la gente de tu escuela y la mayoría de tu familia.

Se que cada vez que salgo a la prensa buscarán usar ello para predisponerte contra mi, pero es la única vía que tengo para poder dirigirme a ti. No nos deja ninguna posibilidad para tener una conversación privada o incluso pública.

Nuestra familia te extraña de sobremanera. Vamos a celebrar tu aniversario con una torta del ‘sapo loco’, la última moda en Inglaterra, que es un batracio con ojos dispares que hace unos ruidos que a tus hermanos le hacen reír bastante. 

Daniel, tu hermano de 3 años, es el más contento con dicho keke. El te está cantando ‘happy birthday’ mientras te escribo. También anda con unos juguete de Batman y me pide que quiere saltar por toda la casa contigo jugando como éste.

Carlos es todo un artista a sus 8 años. El te ha dibujado una postal de cumpleaños llena de conejitos, en honor a tus ‘hijos’ que dejaste. Ahora tus conejos se han procreado tanto que algunos, si hablaran, te podrían decir ‘abuelo’. El cada vez se parece más a ti. A pesar de  no verte tiene tus gestos y caminada.

Alex cuanto quisiera aunque sea chatear contigo en la Internet. Jamás, al igual que todos tus amigos, te puede encontrar en la web. El piensa traer a su mejor amigo a la casa y celebraremos tu santo.

Quiero que sepas que tu padre, Betty y tus tres hermanos te adoramos. No importa todo lo que tus captores te hablen mal de nosotros o te obliguen a hacer. En nuestro corazón no hay odio ni siquiera contra quienes nos hacen tanto daño. El amor que te tenemos nos hace fuerte.

Ten la confianza que pronto nos veremos. Volveremos a divertirnos. Podrás regresar a tu escuela, jugar con tus amigos y chatear. Tu padre no descansará hasta que seas un muchacho libre que pueda ir a fiestas, a tomar un bus o a hacer lo que quiera libremente sin que tengas matones o gente que te siga o impida ver a tu padre y hermanos.

Tu papá que te quiere mucho

Isaac Bigio

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