La Corte Electoral haitiana, tras haber querido que se vaya a un balotaje, se vio obligada a trastocar cifras y declarar como ganador a Preval. Bush no le quiere mucho debido a sus anteriores lazos con Aristide, el populista presidente haitiano que Washington ayudó a deponer en el 2004 y que no quiere que retorne de su exilio.
Sin embargo, la Casa Blanca ha debido retroceder bajo la presión de Brasil y varios países cuyas tropas están en Haití, así como de varios congresistas demócratas norteamericanos. Para éstos el mayor peligro sería una explosión social descontrolada producida por las barriadas que quisiesen imponer la victoria de Preval y boicotear una segunda vuelta.
Preval quiere promover la inversión privada y ha hecho todo lo posible por frenar a los radicales (incluso pedía que sus partidarios no tomen las calles para evitar desbordes). Su gobierno buscará intermediar entre sectores pobres pro-Aristide y grupos empresariales ligados a EEUU. |