A cuatro días de haber iniciado el paro del transporte colectivo, los buseros empezaron a realizar alteración al orden público deteniendo el transito, agrediendo a camionetas piratas que movilizaban a las personas y quemando llantas, en el sector del Zumen, Rubenia y la Carretera Norte.
Los transportistas exigen veinte millones de córdobas al gobierno como subsidio, para detener la huelga. Por otra parte el Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mario Arana, les cantó cero a los mismos alegando que no hay dinero.
Ervin Krüger presidente del COSEP dio a conocer dos posibles soluciones para el problema del transporte la primer; indexar la tarifa a la inflación y la otra establecer la tarifa diferenciada con la adquisición de nuevos buses.