LONDRES. El gobierno británico acaba de publicar el ‘Informe Stern’ según el cual la humanidad marcha hacia su peor catástrofe ecológica. Las emisiones de gas carbónico de hoy son un 40% superior al de antes de la revolución industrial de 1780.
Si no se para y revierte ese curso las consecuencias serían calamitosas. Si en la ola de calor del 2003 murieron en el continente más rico 35,000 europeos, un aumento del 1% de la temperatura planetaria asesinaría a 300,000 personas, extinguiría al 10% de la especies y evaporaría muchos glaciares andinos afectando el agua potable a 50 millones de suramericanos.
Si la temperatura global sube un 2% unos 200 millones de humanos morirían y una cifra igual vería sus ciudades arrasadas por las aguas; 60 millones de africanos estarían expuestos a la malaria, el 40% de las especies se extinguirían y 2 de cada 3 humanos sufriría de cortes de agua.
El calentamiento global costaría seis trillones de dólares en pérdidas a menos que se dedique el 1% del producto bruto mundial a reducir hoy las emisiones de gas carbónico. Pese a la seriedad del informe Washington sigue despreocupándose de ello.