“Vosotros nos llamáis extraterrestres u hombres de las estrellas. Y nos atribuís poderes sobrehumanos, a pesar de que no nos conocéis. En lo que a esto se refiere, somos hombres como vosotros, pero nuestros conocimientos y comprensión superan a los vuestros de forma considerable, especialmente en el campo técnico y espiritual”
“Nosotros a veces hacemos visibles nuestras naves y en otras no, a causa de que vuestros militares están rastreando el espacio porque temen que los ataquemos y pongamos en peligro su poder…. No deseamos inmiscuirnos en los problemas terrestres, porque son los humanos responsables de su propio futuro, sobre la base de su correcto o incorrecto comportamiento.”
Una Ley Universal prohíbe toda injerencia en toda otra vida ya sea de mayor o menor Evolución.
Los acontecimientos más importantes del mundo y lo que ocurre en éstos son programados de antemano, y son registrados en el “Reloj de los Acontecimientos” de la Humanidad de la Tierra. Y solamente pueden ser alterados por un cambio en masa de la conciencia y del conocimiento humano. Este reloj está gobernado por la Ley de Causa y Efecto, y este permite controlar a la Humanidad su propio destino. Pero el Hombre de la Tierra aún no se ha percatado de ello.
Si los humanos de la Tierra no podéis resolver vuestros problemas actuales, originados por el desequilibrio de los avances técnicos y por las graves diferencias ideológicas, económicas, religiosas, culturales, sociales, vuestro destino será desafortunado, ya que la Tierra no dispone en la actualidad de otros escapes colectivos.
No tenemos ninguna intención de interferir en la estructura de vuestro planeta.
Son ustedes, los habitantes de la Tierra, los responsables de su propio destino. Sólo los hombres de este Mundo son los que tienen que cargar con sus propios errores y omisiones.
Los contactos con el público en general no nos interesan en este momento y, además, no trasmitirían un significado correcto al estado mental que sabemos que existe actualmente en la Humanidad de la Tierra. Sin embargo en su momento, lo haremos.
Nosotros no medimos el tiempo por horas o días, sino por acontecimientos.
Una vez autoseleccionado el individuo, controlamos sus pensamientos cuidadosamente.
Observamos sus reacciones de forma directa y durante muchos años. Y cuando ya ha sido aceptado, le influenciamos de forma telepática para que viaje a lugares apartados.
Allí establecemos el contacto.
Esta es comunicación de Semjase, cosmonauta de las Pléyades.
