El papa Benedicto XVI, se dirigió ante centenares de creyentes católicos, para brindar desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, un mensaje en conmemoración a las festividades de la Navidad y de fin del año 2007.
Dentro de su discurso, el Pontífice anunció que “el hombre está tan preocupado por sí mismo, tiene una necesidad tan urgente de dedicar todo el espacio y todo el tiempo a sus cosas que no queda nada más para el resto, para su vecino, para el pobre, para Dios”, señaló Benedicto XVI.
El Sumo Pontífice recalcó que “las tensiones étnicas, religiosas y políticas, la inestabilidad, la rivalidad, los desacuerdos, y todas las formas de injusticia y discriminación están destruyendo el tejido interno de muchos países y enturbiando las relaciones internacionales”.
Por otro lado, el Papa también se refirió a que en el mundo el índice de emigrantes, refugiados y evacuados está “aumentando por la frecuencia de los desastres naturales, a menudo causados por alarmantes convulsiones ambiéntales”.