El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, culpa al Gobierno de Irán, en su primera comparecencia periodística del 2007, de abastecer de armas a la insurgencia iraquí. Manifestó que los soldados norteamericanos muertos por los artefactos explosivos es una razón suficiente para adoptar medidas y detener el problema. El mandatario norteamericano se mostró seguro de que el Estado Iraní tiene implicancia en la entrega de armas a los rebeldes pero no puede probarlo. Sin embargo dijo que su Administración hará algo al respecto. Señaló que las armas proceden de la Guardia Revolucionaria pero sin conocimiento pleno.
Hay debates en la Cámara de Representantes que en cualquier momento puede rechazar la propuesta presidencial que quiere aumentar el número de soldados destinados a defender la capital iraquí como único medio para lograr evitar que la violencia en Irak sea peor de la que ya es. Bush solicitó recursos para enviar 20 mil soldados más a Irak. Bush aseguró entender 'por qué la gente está preocupada cuando conecta la televisión y ve esta violencia', pero esto sólo hace suponer 'que si la violencia es grande en estos momentos habrá que imaginar como sería si no se ayuda a asegurar la ciudad'.
Por este motivo reclamó a los miembros del Senado y la Cámara de Representantes autorizar los fondos necesarios para el envío de las tropas adicionales 'para asegurar que disponen de la flexibilidad necesaria para concluir el trabajo iniciado'.