Los pobladores de la Cuidad de León, en el Occidente de Nicaragua en Centroamérica, salieron a protestar por las calles de la ciudad colonial demandando al gobierno de Daniel Ortega Saavedra, que cumpla la promesa de anular la concesión en la distribución y comercialización de la energía de la empresa transnacional española, Unión Fenosa. Los pobladores exigían también al gobierno un mejor servicio en la distribución del agua potable ya que por varias horas no llega a los hogares.
Los manifestantes llegaron y se ubicaron frente a las oficinas de la distribuidora de electricidad. Estaban disgustados por los largos cortes de energía en la ciudad. Pintaron las oficinas de Unión Fenosa y exigieron al gobierno de Ortega que se vaya del país.
Los protestantes se fueron a ubicar frente a la sede ENACAL, la empresa distribuidora de agua, y pidieron la destitución de su delegado, Francisco Moreno.
Los manifestantes exigieron a Enacal la instauración de un horario equitativo para la distribución de agua, pues dijeron que los habitantes del sureste de León, reciben agua únicamente por las madrugadas.
La marcha también llegó hasta el edificio de la municipalidad leonesa, donde exigieron al alcalde Tránsito Téllez el cumplimiento de sus compromisos electorales.