Liberado por fin el empresario Manuel Ignacio Lacayo Gil luego que llegó a un acuerdo extrajudicial con Patricia Castillo, ex esposa, que lo demandó y fue condenado a dos años de cárcel por omisión deliberada de alimentos para su pequeña hija de seis años.
Lacayo Gil parecía más delgado y a su salida se quejó del proceso judicial del que dijo presentó vicios por presiones políticas. Negó que en el sistema penitenciario le hayan violentado sus Derechos Humanos. Manifestó que dentro de dos semanas estará realizándose un chequeo en los Estados Unidos. Lacayo Gil pagará los tres mil dólares que la judicial le había impuesto que deberá entregar, para su hija y que fue parte de la demanda planteada. Tendrá que entregar a lo inmediato 51 mil dólares acumulados.
La Procuradora de la Niñez y Adolescencia, Norma Moreno, hizo cuestionamientos a los medios de comunicación ya que hablaron más de la situación carcelaria del detenido y no de la crisis que enfrentó la niña por el conflicto familiar. Manifestó que debía haber salido con la figura de “suspensión de condena, lo cual es un derecho que tiene todo privado de libertad”, dijo la funcionaria de los Derechos Humanos.
El empresario se quejo dijo la Procuradora de Cárcel, Auxiliadora Urbina, de la presión de los custodios por cortarle el cabello. Estuvo en la galería 9 donde permaneció el banquero Francisco Mayorga una cárcel de extensión de cuatro por tres metros.
El caso despertó la presión de las bancadas de la oposición, organismos de Derechos humanos, medios informativos pero nunca se dio un pronunciamiento de los organismos defensores de la mujer ante la demanda de la ex-esposa de Lacayo Gil.