La Misión del Fondo Monetario Internacional, FMI, que estuvo en el país, tiene entre sus planes para que pueda arreglarse un nuevo programa económico con el gobierno de Nicaragua, varias propuestas. Un comunicado emitido el pasado jueves, por la misión técnica del FMI, dio a conocer “una propuesta de agenda complementaria”. El organismo financiero planteó lo siguiente: el fortalecimiento del sector energético, el Banco Central y un desarrollo para el futuro de la seguridad social. El FMI propuso al gobierno que se hagan leyes o reformas de la misma sobre la distribución de las transferencias municipales que realiza el Ministerio de Hacienda y Crédito Público a las Municipalidades; seguro social, regulación de las microfinancieras y que goce de inmunidad el Superintendente de Bancos.
El asesor del gobierno de Ortega, Bayardo Arce Castaño, dijo que el FMI “No exige nada”. Reconoció que hay con el organismo financiero “un diálogo muy bueno”. La misión técnica regresará el próximo mes de junio. La interrogante que se hacen los analistas es la siguiente: Habrá firma de un programa con el FMI? El analista jurídico, Fanor Avendaño Herrera, planteó recientemente en un foro promovido por la Universidad Central de Nicaragua, UCN, que una de las características del nuevo gobierno en los 100 días es que por primera vez hizo un planteamiento económico propio al organismo financiero internacional. Antes el FMI decía lo que tenía que hacer Nicaragua pero ahora parece que el gobierno nicaragüense esta incidiendo dándole prioridad al área social del programa. En el año 1988, cuando se dio la primera época del gobierno sandinista, el equipo económico del Gobierno del FSLN, aplicó el plan Bertha, que consistió desmonetizar y sacar de circulación los billetes viejos de córdobas y puso en circulación nuevos billetes además de un plan económico parecido e igual al que aplica el Fondo Monetario Internacional, FMI, para sanear las economías hiperinflacionarias y con excesivo gasto público. En esa oportunidad el sandinismo eliminó seis dígitos de los billetes que circulaban y el plan económico lo aplicó sin solicitar ningún tipo de permiso al Fondo. En ese momento existía la ayuda de los países socialistas y de la Unión Soviética que proveían de petróleo a Nicaragua, armas y otro tipo de ayudas en bienes.
El país vivía un bloqueo económico y militar por la guerra de los contras que había decretado el gobierno de Reagan a Nicaragua y la denominada guerra de baja intensidad en la década pérdida de los 80, tal como califican los analistas a lo sucedido en ese período.
Las medidas fondomonetaristas aplicadas por el FSLN generó críticas en ese entonces de sectores de la llamada ultraizquierda Trozskista, ex aliados del pasado gobierno de Bolaños en forma no oficial. La desmonetización fue señalada por otros críticos del sandinismo como la aplicación de un plan macroeconómico que políticamente no fue aplicado en momentos y circunstancias oportunas, que terminó afectando la imagen y tendencia al voto de la población el 25 de Febrero de 1990 desfavorable al FSLN, que dio origen a un gobierno de tendencia derechista aglutinado en la denominada Unión Nacional Opositora, UNO, y, que llevó al triunfo a Doña Violeta Barrios de Chamorro y a la aplicación de una política de privatización de los servicios básicos.