Hemos recibido de la Embajada de Rusia en Nicaragua, la posición oficial del gobierno de esa Nación en torno a los acontecimientos violentos que se dieron en Tallín, Estonia, el 26 de abril del 2007, a raíz de que las autoridades de esa República, intentaron trasladar los restos de soldados Soviéticos caídos en la Segunda Guerra Mundial y quitar el monumento símbolo del soldado libertador en la plaza Tynismyagi y los restos de los soldados caídos en la contienda mundial contra el fascismo. El Boletín informativo de la Embajada de Rusia dice lo siguiente:
Hacia Los Acontecimientos En Tallin, Estonia
Hoy se celebra una de las fechas más memorables en la historia mundial – el 62º aniversario de la liberación de Europa del nazismo.
En la mayoría de los Estados, conforme a la Resolución de la Asamblea General de la ONU № 59/26 y en el sentido de las disposiciones de la Declaración del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la OSCE sobre el 60º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, se cerebrará solemnemente el Día de la Victoria y honrarán la memoria y agradecimiento de los que dieron sus vidas en el combate contra el fascismo.
Las autoridades de Estonia decidieron festejar ese Día de otra manera. El memorial al Soldado-libertador en la plaza Tynismyagi en el centro de Tallin fue desmontado, y las sepulturas de los soldados soviéticos caídos fueron profanadas.
Estas acciones fueron emprendidas contrariamente a numerosos pedidos de parte de la Federación de Rusia, del grupo de Estados-miembros de la Comunidad de Estados Independientes y de la opinión pública de Estonia. Fueron pisoteados brutalmente las normas de derecho internacional, particularmente Art. 34 del Protocolo adicional № 1 para los Convenios de Ginebra de 1949, cuyas disposiciones estipulaban que se pudiera trasladar enterramientos militares sólo a solicitud de parientes o con fines sumariales. Se quedó desestimada también la solicitud de las hijas del capitán I.Sysoev, enterrado en Tynismyagi, dirigida al Presidente de Estonia T.Ilves que no molestaran restos de su padre y otros soldados.
El desmontaje del memorial fue realizado a la orden del Gobierno de Estonia el 27 de abril por la noche, a escondidas, con la esperanza de que la opinión social se conforme con la arbitrariedad cometida y el ultraje sobre la memoria de soldados soviéticos caídos. Pero esos cálculos fallaron realizarse.
Las calles de Tallin y otras ciudades de Estonia se llenaron con la gente que protestaba exigiendo restablecer el memorial y no tocarlo más.
Esa protesta espontánea fue reprimida brutalmente por las autoridades estonias con el uso de la fuerza desmesurada que superó todos los límites admisibles. Fueron empleados garrotes, gas lacrimógeno, agua y balas de goma. A la gente la capturaban en las calles, la aporreaban, le ponían esposas y mandaban a la cárcel. Entre la gente eran también periodistas. En Tallin no les alcanzaron celdas, razón por la cual las autoridades se vieron obligadas a adaptar un terminal del Puerto Tallin como una cárcel provisional donde colocaron, según medios de comunicación, a unos 450 detenidos. Imágenes tomadas con cámaras de celulares por la gente caídos en esa mazmorra, así como sus narraciones sobre el trato no humano, ultrajes y palizas, resucitan episodios de los tiempos más oscuros de la historia reciente de Europa.
Según los datos de medios de comunicación, a partir del 27 de abril la policía estonia detuvo más de mil personas, 51 fueron arrestados, inclusive representantes de varias ONG, decenas fueron heridos. A raíz de choques que se dieron lugar cuando las autoridades de Estonia procuraban dispersar manifestaciones en defensa al memorial al Soldado-libertador en la noche del 26 al 27 de abril resultó muerto un ciudadano ruso Dmitry Ganin que residía permanentemente en Estonia.
La Federación de Rusia exige que las autoridades estonias presenten toda la información de lo ocurrido, no tarden en investigar el caso y que los culpables comparezcan ante el tribunal.