ISLAMABAD- La policía paquistaní realizó redada de opositores ayer Domingo después de que el presidente Pervez Musharraf desafiara la presión norteamericana que amenaza con cortarle la ayuda. El mandatario de Pakistán impuso el estado de emergencia.
La Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, que había hecho un llamado al General Musharraf a no adoptar medidas autoritarias, dijo que EE.UU. tendría que revisar su ayuda financiera a Pakistán.
El Primer Ministro, Shaukat Aziz, dijo que las elecciones generales, previstas para enero, podrían ser retrasadas después de que se impusiera el estado de excepción el sábado y se suspendiera la Constitución.
EE.UU. busca en Pakistán una transición a una democracia civil. Rice dijo desde Jerusalén
"Obviamente vamos a tener que revisar la situación de la ayuda" añadiendo que Estados Unidos seguía queriendo cooperar con Pakistán en materia antiterrorista.
Washington ha proporcionado a Islamabad, un importante aliado en su batalla contra Al Qaeda en Pakistán y el vecino Afganistán, alrededor de 10.000 millones de dólares en los últimos cinco años. El Primer Ministro Aziz dijo a los periodistas que "el Parlamento podría darse más tiempo, hasta un año, en términos de celebrar las próximas elecciones". Un total de 400 y 500 personas no habían sido detenidas, no dio detalles, ni precisó cuánto tiempo duraría el estado de emergencia.
Musharraf dijo que actuó en respuesta a la creciente militancia islamista en el país y lo que calificó de parálisis del Gobierno por interferencia judicial.
Se cree que el General Musharraf busca con la medida política extrema evitar que el Tribunal Supremo invalide su reelección del 6 de octubre por el Parlamento por seguir siendo jefe del Ejército.
Musharraf, en declaraciones televisivas dijo que el país estaba en grave peligro de ser desestabilizado. "No puedo permitir que este país cometa un suicidio", dijo tras purgar el Supremo de jueces opuestos a él y arrestar a abogados.