Durante la XVII Cumbre Iberoamericana realizada recientemente en Chile, en la cual se dio un enfrentamiento verbal entre el Rey Juan Carlos I y el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, se dio a conocer de parte del Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, la actitud beligerante que tuvo el Embajador de España en Managua, Jaime Lacadena en el año 2006, cuando se reunió con los partidos de Derecha para evitar el triunfo electoral del FSLN en los comicios pasados. Ortega Saavedra acusó al diplomático de mantener conspiraciones en su contra.
El embajador de España en Managua no quiso referirse al tema “no es mi papel hacer comentarios sobre ese particular… sólo le puedo decir que España tiene un compromiso con el pueblo de Nicaragua y nosotros siempre vamos a estar con el pueblo de Nicaragua y no tengo nada más que decir”, afirmó el embajador español.
Por otro lado, el presidente nicaragüense descartó que sus opiniones vertidas e intercambio de palabras entre España y Nicaragua vayan a poner en riesgo las relaciones diplomáticas entre ambas naciones. Ortega Saavedra dijo que las expresiones entre el Monarca español y el presidente Chávez de Venezuela que intentó callar a Chávez fue porque “botó la gorra “ o, sea que no toleró las expresiones del presidente venezolano.
La Presidente de Chile, Michelle Bachelet, dijo por otro lado que en una reunión privada con los mandatarios que asistieron expresaron luego de hablar todos, que fue la mejor Cumbre porque se logró hablar lo que nunca se había hablado con diferentes enfoques”. El Presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero recomendó a las autoridades iberoamericanas de la Cumbre que se implemente un reglamento que impida actitudes de irrespeto entre mandatarios.
Los analistas políticos consideraron que la Cumbre en vez de ser un acercamiento entre los países participantes fue un “desacercamiento” por la unidad verbal de Venezuela, Nicaragua y Bolivia dirigida a España.