El fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, que trazó las fronteras marítimas entre Nicaragua y Honduras, "botó por el suelo las pretensiones expansionistas, colonialistas e imperialistas" de Colombia, dijo ayer el vicepresidente Jaime Morales Carazo.
El vicepresidente manifestó que el fallo de la CIJ desconoce indirectamente los límites marítimos fronterizos que Colombia y Honduras pretendían ejercer sobre Nicaragua, en el mar Caribe, a raíz de un tratado binacional.
Morales Carazo hacía recuerdos del Tratado Ramírez-López que Colombia suscribió con Honduras el 2 de agosto de 1986, y fue corroborado el 29 de noviembre de 1999, por el cual Nicaragua demandó ante la Corte de La Haya a Honduras y a Colombia que no acepta la jurisdicción de la Corte de la ONU.
Ese tratado entre Honduras y Colombia pretendía establecer la frontera con Nicaragua al norte en el paralelo 15 y por el este en el meridiano 82. Morales Carazo señaló que si bien la Corte Internacional de Justicia CIJ dio la soberanía de 4 islas en el mar caribe a Honduras en las que se daba una controversia legal con Nicaragua, rechazó su reclamación de que la frontera marítima entre los dos países está en el paralelo 15.
Para el vice- titular de Nicaragua la sentencia “bota" una parte del Tratado Ramírez-López, en lo referido al paralelo 15, y debilita el otro punto fronterizo que Colombia pretende imponer en el meridiano 82.
Calificó la sentencia judicial como un "empate" a Nicaragua y a Honduras, pero calificó de ganador a Centroamérica y perdedor a Colombia. Además, afirmó que la sentencia esta "muy ajustada al concepto de unidad que estamos procurando encontrar todos los centroamericanos".