Al parecer la popular frase “todo lo que sube tiene que bajar” es aplicada también al precio del barril del petróleo que hace tres meses parecía que nunca bajaría por el aumento de la demanda a nivel mundial, la especulación y los combates que ocurren en las inmediaciones de las perforadoras petroleras, sumada a las advertencias de los economistas que avizoraban que el barril llegaría a costar hasta 300 dólares a finales del 2008.
Ayer el crudo de Texas cayó hasta 0,7 por ciento bajando los 115 dólares por primera vez en más de noventa días después de haber rosado los 150 dólares al cotizarse en 147,27 dólares el pasado mes de julio.
En Texas los operadores estuvieron tensos durante la decisión de precios del barril del petróleo por el conflicto entre Rusia y Georgia que se creía podría tener incidencia en el precio y la afectación de la región petrolera del Cáucaso.
La enorme baja del precio del barril de petróleo ha sido de 33 dólares, equivalente a un 22 por ciento y el mundo se encuentra sorprendido y a la vez con dudas que un producto tan deseado y de primera necesidad para la economía de un país haya bajado de 147,27 dólares a menos de 115 dólares.
Esto sin dudas repercutirá a favor de la economía de los países más pequeños del mundo como es el caso de Nicaragua ubicada geográficamente en el centro del continente americano.
El bajón de precios del petróleo trae otras consecuencias, porque el viernes 8 de agosto un euro costaba 1,4923 dólares, hoy se cambia por 1,5018 dólares. La región Latinoamericana también se beneficia que el dólar estadounidense cotice alto porque son miles de millones de dólares en remesas las que recibe anualmente.