El siglo XXI es el siglo de la informática. Hace 20 años atrás existían 50.000 computadoras personales, hoy se tienen más de 250 millones en todo el mundo. Por otra parte, el poder y la capacidad de cómputo cada 18 meses, con una tendencia acelerada hacia la convergencia de tecnologías de computación y telecomunicaciones. En países como los Estados Unidos, por ejemplo, la internet conecta hoy a más de 20% de los hogares y al 95% de las empresas grandes y medianas. Llama la atención de que los productores cinematográficos del pasado, no lograron en sus películas de ciencia ficción, predecir para el futuro el descubrimiento y utilización de la informática, el internet y el fax.
El siglo XXI es, sin lugar a dudas, el siglo de la inteligencia. Se calcula que el 90% del conocimiento actual ha sido generado en los últimos 30 años y se predice que esta cifra se duplicará en los próximos 15 años. La inteligencia debe ser cultivada a través de la educación para que se refleje en la producción de innovaciones, en la forma de hacer las cosas y en decidir que cosas hacer. En el futuro, la batalla competitiva entre personas, empresas o naciones, será una lucha por el liderazgo intelectual. Afortunadamente la inteligencia no es privilegio de un grupo de individuos, de un país o de una raza.
A escala mundial, el siglo XXI es el siglo de la integración. La tendencia actual de la globalización seguirá progresando en los mercados, abriendo nuevas oportunidades para el financiamiento de empresas y de programas de beneficio social, pero generando al mismo tiempo mayor interdependencia entre sectores en un mismo país y entre empresas o consorcios multinacionales. Seremos cada vez más una Aldea Global y debemos tomar conciencia de ello, ya que la globalización afectará la estructura de todas nuestras instituciones y nuestra manera de pensar y actual, determinando incluso nuestros valores sociales y morales. Las fronteras desaparecerán gradualmente y el idioma inglés se convertirá en el medio de comunicación universal.
La corriente de los tiempos sugiere que el siglo XXI es el siglo de la intensidad competitiva. Al tener más y mejor acceso a la información en el contexto de la integración global de los mercados y del conocimiento, el resultado inevitable será una realidad competitiva de mayor intensidad donde es ineludible la focalización de recursos materiales y humanos para mejorar y defender los nichos donde se tengan ventajas competitivas. A nivel interpersonal, el conocimiento y la especialización nos harán más competentes y capaces para competir en un mercado de trabajo que demandará elevados niveles de excelencia.
El siglo XXI es el siglo de la conquista del espacio. La mitad de la población humana se irá a la conquista y colonización de los planetas vecinos (habitables), tales como Marte y el satélite natural de Júpiter llamado Europa, por ahora. La otra mitad permanecerá en la Tierra pero con el ineludible compromiso de controlar la natalidad y preservar el ambiente. Para tal fin se está experimentando con dos nuevos combustibles: el plasma y la burbuja magnética, para impulsar las naves a mayor velocidad que los combustibles fósiles. Además es el siglo del desarme total de la humanidad y se convertirán las fábricas de armamento en fábricas de combustibles y naves espaciales.
En el siglo XXI se intensificará la búsqueda de vida fuera de la Tierra. Con el descubrimiento de nuevos planetas fuera del sistema solar, se piensa encontrar vida en aquellos que se encuentran ni tan cerca (calientes), ni tan lejos (fríos) de sus estrellas.
El siglo XXI es el siglo donde se impone la ciencia con sus verdades comprobadas. Entre otros adelantos científicos iniciados en el siglo pasado y que se incrementan en el presente siglo se cuentan: la clonación tanto de seres vivos como de fósiles. El descubrimiento del genoma humano. La evolución y las mutaciones como única teoría sostenida por la ciencia. El origen del hombre a partir del mono. El origen y dimensiones del Universo. Los adelantos técnicos antes mencionados.
Y un gran número de sorpresas que actualmente escapan a nuestra imaginación.
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