Todo el mundo posee recuerdos en su vida, ya sean malos o buenos, pero ellos siempre están allí, aunque uno no lo quiera llegan sin ser invitados y sin pedir permiso.
Los recuerdos son buenos para la vida de un hombre, puesto que al haber cometido un error, este viene a su mente como un recuerdo y esto lo ayuda a no cometerlo de nuevo. Es tan hermoso ver como un viejo recuerda su niñez y con que emoción la describe, es como si se transportara a esa época de nuevo.
Efectivamente, el recordar los acontecimientos es como vivirlos nuevamente, muchos hacen daño, pero otros causan muchas satisfacciones.
El recordar es el enemigo principal del olvido. El ser olvidado es terrible para el hombre, por el contrario al recordarlo con frecuencia causa cierta alegría y emoción a la persona recordada.
Los recuerdos están muy vinculados con la memoria, si no tuviéramos memoria, no tendríamos recuerdos., si no tuviéramos recuerdos, jamás podríamos mostrarlos a los demás o al mundo entero nuestros estudios que es lo más valioso que posee una persona actualmente.
El recordar ratos agradables cuando estamos muy tristes, puede borrar esa nube gris de nuestra paz y hacer que salga el Sol de nuevo con una hermosa sonrisa.
Los recuerdos pueden ser nuestra mejor compañía cuando la soledad nos invade, puesto que cuando estamos solos, parra no aburrirnos, lo primero que aparece en nuestra mente son esos recuerdos que siempre nos acompañan a donde quiera que vamos. Pero los recuerdos pueden ser crueles cuando nos acusan y queremos que se vayan, ellos se queda allí en nuestra mente torturándonos sin piedad.
Si recordamos experiencias que hemos tenido y nos han hecho crecer, al tener otras experiencias y recordar las anteriores crecemos más.
El recordar es imprescindible para poder seguir adelante y caminar por el sendero de la vida que a veces nos pone pruebas muy difíciles de pasar.
Al enfrentar al recuerdo con el olvido, es muy difícil saber quien ganará, ya que unas veces gana el recuerdo, pero otras gana el olvido, pero nunca gana el que nosotros deseamos, ambos poseen la misma fuerza.
Algunas personas opinan que cuando se recuerda de verdad, toda la conciencia se hace recuerdo. A veces circunstancias fortuitas producen el recuerdo, pero lo exacto es que se puede, voluntariamente, recordar el pasado.
Otras personas dicen que al recordar reconocemos que el pasado es parte de nuestro yo. En efecto, cuando hacemos uso de la memoria-recuerdo “revivimos estados de conciencia pertenecientes a la experiencia exclusivamente nuestra en un determinado momento de nuestro pasado”.
Se entiende también como recuerdo a una cosa que se regala en testimonio de buen afecto. Recordar es vivir, cuán vacía serían nuestras vidas si no contáramos con nuestros recuerdos. Se puede decir que recordar es “volver al corazón”.
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