WASHINGTON.- El jefe de la bancada republicana del Senado estadounidense anunció que no votará el plan de salvajate de la industria automotriz y aumentó la incertidumbre sobre la suerte de la ley en la Cámara alta, donde podría ser puesta a votación.
"Simplemente no le podemos pedir al contribuyente estadounidense que subsidie un fracaso", dijo el senador de Kentucky, Mitch McConnell, al criticar el préstamo de 14.000 millones de dólares para las automotrices de Detroit aprobado en Diputados.
Los senadores republicanos son el último escollo que deben superar la Casa Blanca y los demócratas del Congreso para aprobar el plan de salvataje de las compañías General Motors, Chrysler y Ford, pero las palabras de McConnell pueden llegar a ser la sentencia de muerte de la iniciativa.
En la actual legislación, los demócratas cuentan con 50 bancas en el Senado y los republicanos con 49, pero se necesitan 60 votos para evitar que el proyecto de ley sea bloqueado.
McConnell apoya un plan alternativo presentado por el senador republicano de Tennessee, Bob Craker, quien propone quitarle varios beneficios a los trabajadores de la industria automotriz y reducir el poder de los accionistas, pero la propuesta no cuenta con el apoyo demócrata.
El presidente George W. Bush ha llamado en persona a varios senadores republicanos para que revean su posición y apoyen el plan de rescate aprobado por Diputados, pero a seis semanas de abandonar la Casa Blanca, la influencia política del mandatario texano es casi nula.
Su portavoz presidencial, Dana Perino, dijo que el gobierno es optimista respecto a lograr una victoria en el Senado y advirtió que si el plan de rescate no es aprobado, la economía estadounidense sufrirá otro golpe duro.
Sin embargo, Perino reconoció que la tarea no es fácil al afirmar que "al final del día habrá miembros del Congreso que estén en desacuerdo con nosotros, sin importar lo convicente y persuasivos que sean nuestros argumentos".
El sucesor de Bush, Barack Obama, quien deberá lidiar con un país en recesión y la crisis de la industria automotriz, también le pidió al Senado que apoye el paquete de salvataje aprobado en Diputados.
Las malas perspectivas del voto en el Senado provocaron una caída en las acciones de Wall Street, ante los nervios de los inversores de que la industria automotriz declare bancarrota las acciones de General Motors cayeron un 10% y las de Ford un 9%.
Por su parte, la presidenta de Diputados, la demócrata Nancy Pelosi, expresó que si el Senado no aprueba el plan de rescate, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, deberá de salvar por si mismo a las automotrices de Detroit -una idea a la que se oponía- para evitar que declaren la bancarrota en los últimos días del gobierno de Bush.