Los polémicos barcos rusos que zarparon en la costa caribeña de Nicaragua se fueron la noche del sábado del fin de semana a pesar que tenían programado marcharse hoy lunes, informó el portavoz militar teniente coronel Romeo Álvarez. Las naves llegaron el pasado viernes 12 de diciembre.
La flota rusa no fue autorizada por la Asamblea Nacional de Nicaragua para ingresar al país y les habían avisado mantenerse en aguas internacionales, sin embargo, el marco de la legalidad no tuvo tanto peso.
Los buques de guerra rusos, encabezados por el destructor Almirante Chavanenko, visitaron Nicaragua para brindar cooperación humanitaria, igual a como lo hacen los que vienen de Estados Unidos, dijo un funcionario de gobierno que prefirió omitir su nombre.
Con el retiro de los barcos rusos que permanecerían en Nicaragua por más de tres días, se piensa que ocurre tras las duras críticas de los legisladores opositores que señalaron al presidente Daniel Ortega Saavedra, de violentar la C onstitución del país que en uno de sus artículos menciona que si se recibe la visita de una embarcación militar debe de ser autorizado por el Legislativo.
Los barcos trajeron una donación de 200 mil dólares representados en artículos de oficina como computadoras, generadores eléctricos y medicinas.
El ingreso y la salida de los buques fue sorpresiva y en total hermetismo de parte del Gobierno del presidente Ortega. Se suponía que tenía previsto un viaje a los barcos rusos para darle la bienvenida a los tripulantes de las naves, justificando el mal tiempo para hacer un viaje.
Las naves permanecieron frente al Puerto del Bluff a unas 13 millas y transportan 650 marinos de guerra de la Federación Rusa, al mando del vice almirante Vladimir Korolev.