BAGDAD.- "La guerra aún no terminó", afirmó el presidente estadounidense, George W. Bush, al visitar sorpresivamente Bagdad, donde se reunió con el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki.
Según observadores, el mensaje parece dirigido a su sucesor, el presidente electo, Barack Obama, quien hizo del retiro de tropas estadounidenses de Irak una de las prioridades de su campaña electoral.
La visita de Bush a Bagdad fue mantenida en secreto hasta el momento del aterrizaje del AirForceOne, el avión presidencial.
El mandatario no fue recibido solo con sonrisas y apretones de manos, entre otros por el presidente Jalal Talabani, sino que fue objeto de una agresión durante una aparición pública.
En una breve conferencia de prensa en la oficina de Maliki, antes de la firma de un acuerdo bilateral, negociado durante meses y que prevé el retiro de las tropas estadounidenses antes de 2001, un periodista iraquí intentó golpear a Bush lanzándole sus zapatos.
Tras haber insultado a Bush, el periodista lo acusó de ser "responsable de la muerte de miles de iraquíes", antes de ser retirado del lugar por los servicios de seguridad.
En Irak "hay aún trabajo por hacer -explicó Bush-. La guerra no terminó, pero (...) estamos decididamente encaminados hacia la victoria".
Obama, por su parte, anunció los primeros días de diciembre, que su gobierno retirará las tropas de Irak, pero aclaró que las operaciones durarán unos 16 meses.