Hace algunos días logré disparar mi cámara y obtuve la fotografía de ese bello animalito conocido como el Cabro, el chivo. Unos vecinos del Barrio Ducualí lo mantienen en semi-cautiverio porque lo tienen atado.
Es un chivo hermoso, grande y desarrollado en su figura. Sus dueños por el día lo ponen a pastar en los solares y predios baldíos que existen todavía en los alrededores de la Iglesia Sagrada Familia. La Managua con rasgos campesinos, donde todavía encontramos grandes extensiones de terrenos propios de una ciudad, parecida a una finca grande con viviendas esparcidas a varios kilómetros al sur, arriba o abajo. Sin un centro de ciudad específico desde el terremoto del 23 de Diciembre del año 1972. Medio moderna y medio agrícola.
Fue para mi una motivación fotografiarlo en la instantánea a ese pequeño animalito cada día que transitaba por ahí, y al verlo, me recordó el verso de Darío a la distancia de los años cuando se refería a “buey que vi en mi niñez un día echando baho bajo el nicaragüense sol de encendidos eros” .
Managua sigue siendo un pueblito pequeño que se asemeja a una finca con pastizales, árboles y otras cosas de la naturaleza con las cuales todavía podemos convivir, donde todavía encontramos carretas de caballos, bueyes , hasta cabros y cabras de referencia animal y natural en el paisaje de esta pequeña tierra.
Managua significa en Nahualt , “agua encerrada” . Otros la atribuyen Anahuac “cerca del agua”. Man significa aquí. Anahuac , mexicanos, o sea, aquí están los mexicanos, para identificar el nombre de Managua, la Capital de Nicaragua en Centroamérica. Una Toponimia de diversas interpretaciones. Es nuestra Managua sin variaciones significativas, siempre campesina y medio moderna.