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La Jornada
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Papa clama: basta de odio en Irak 
Iglesia Católica festejó asimismo el Día anual de la Juventud Mundial
POR GRETA ARÉVALO
ACTUALIZADO: 17 DE MARZO DE 2008

CIUDAD DEL VATICANO .- El Papa Benedicto XVI se  refirió  este Domingo de Ramos a los cinco años de guerra en Irak y pidió la paz para ese atribulado país árabe, días después de ser encontrado muerto el secuestrado arzobispo caldeo de Mosul. " Basta de matanzas! Basta de violencia! Basta de odio en Irak!", dijo Benedicto entre aplausos al terminar   la homilía  del Domingo de Ramos en la Basílica de San Pedro.

El jueves, el cadáver del arzobispo Paulos Faraj Rahho fue encontrado cerca de la ciudad norteña de Mosul, en la que fue secuestrado el 29 de febrero. Ningún grupo se atribuyó el secuestro, aunque Mosul es el último bastión de al-Qaida.

Benedicto califico  la muerte de Rahho "un acto inhumano de violencia" que ofende la dignidad humana.

El domingo, Benedicto ensalzó a Rahho por su lealtad a Cristo y su negativa a abandonar a sus feligreses pese a las muchas amenazas y dificultades.

Benedicto dijo que la dedicación de Rahho a la Iglesia y su muerte le impulsan a "lanzar y enérgico y doliente grito" para denunciar la violencia en Irak surgida de la guerra que según indicó ha destruido la vida civil.

"Al mismo tiempo, hago un llamamiento al pueblo iraquí, que durante los últimos cinco años ha soportado las consecuencias de una guerra que ocasionó la dislocación de su vida civil y social", dijo Benedicto.

El Santo Padre pidió a los iraquíes que levantes sus cabezas y reconstruyan su vida mediante "la reconciliación, el perdón, la justicia y la coexistencia entre los grupos tribales, étnicos y religiosos".

Al comienzo de la celebración, el Papa bendijo las hojas de palma y de olivo con agua bendita y luego avanzó en procesión hasta el altar instalado en la escalinata de la Basílica de San Pedro, ataviado con intrincados ornamentos con brocados en hilos de oro y llevaba en la mano una fronda de palma tejida.

En el Domingo de Ramos, los católicos recuerdan la entrada triunfante de Jesucristo a Jerusalén y con esa misa se da comienzo a la semana más solemne del año litúrgico de la Iglesia Católica, que incluye la escenificación del lavatorio de pies, la última cena y la institución del sacramento de la Eucaristía el Jueves Santo; el viacrucis, o sea, el recuerdo del juicio, condena y crucifixión de Jesucristo el Viernes Santo, así como su resurrección el Domingo de Pascua.

El Sumo Pontífice recordó a los fieles que durante la Semana Santa, ellos deben recordar lo que calificó como "el drama más sublime de la historia que es el drama de nuestra salvación".

"Recordemos que él (Jesucristo) no entró en la ciudad santa para ser coronado, sino para ser condenado y crucificado", señaló el Papa.

La Iglesia Católica festejó asimismo el Día anual de la Juventud Mundial y los jóvenes estuvieron presentes, pues varios cientos de ellos llevaron grandes ramos de hojas de palma trenzadas en frondas al comienzo de la procesión hasta la Plaza de San Pedro.

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