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Reclamo indígena a Europa

 
“Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuauhtémoc  he venido a encontrar a los que celebran el encuentro"
POR Camcos2032@hotmail.com Texto más grande Texto más pequeño Texto más grande
ACTUALIZADO 5 DE MAYO DE 2008
 

Exposición del Cacique Guaicaipuro Cuauhtémoc ante la Reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea el (08/02/2002)

Con lenguaje simple, que era trasmitido en traducción simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europea, el Cacique Guaicaipuro Cuauthtémoc  logró inquietar a su audiencia cuando dijo:

“Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuauhtémoc  he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.

Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace  solo quinientos años.

Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y  es bastante. Nunca tendremos otra cosa. El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé   a venderme. El hermano leguleyo europeo  me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.  

Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.

¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los  hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento

¿Expoliación? ¡Guárdame Tanatzin de figurarme que los  europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!

¿Genocidio? ¡Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de  destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietro,  que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!  ¡No.!

Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no solo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.

Yo, Guaicapuro Cuauhtémoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron mas que el inicio de un plan MARSHALLTESUMA, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra cultos musulmanes, creadores del algebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.

Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podemos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los  fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no.

En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y  otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin Canal.

En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que le exporta y provee todo el Tercer  Mundo.

Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20  hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobrar a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigirle la devolución  de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado solo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil  kilos de oro y 16 millones de kilos de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias mas de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra.

Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre? Aducir que Europa, en medio  milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo. Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos. Pero si exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su  compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica…”

Cuando el Cacique Guaicaipuro  Cuauhtémoc dio su conferencia ante la reunión de JEFES DE ESTADO DE LA COMUNIDAD EUROPEA, no sabía que estaba exponiendo una tesis de Derecho Internacional pata determinar LA VERDADERA DEUDA EXTERNA, ahora solo resta que algún gobierno latinoamericano tenga el valor suficiente para hacer el reclamo ante los Tribunales Internacionales.

Fuente: El Nuevo Diario 29 de Mayo de 2002
Managua, Nicaragua.

 
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