De darse una separación en Bolivia, el gobierno venezolano “no se va a quedar de brazos cruzados”, dijo el presidente de esa nación Hugo Chávez Frías, durante un encuentro con ministros de energía suramericanos en el palacio presidencial.
El gobernante repitió sus críticas contra el referendo autonómico que se realizaron el pasado fin de semana en la localidad boliviana de Santa Cruz, y sostuvo que "Venezuela no se va a quedar de brazos cruzados con todo lo que esto implica".
Al igual se culpo de ser injerencista cuando expresó “sí es verdad, acúsenme de injerencia de una vez, acúsenme de injerencia, me declaro culpable desde ahora”, pero "hasta ahora soy inocente de cualquier injerencia en ninguna parte, pero si algo llega a ocurrir (en Bolivia) sencillamente se rompen las reglas de juego", acotó el mandatario.
Chávez además denunció que opositores locales se encuentran impulsando un plan separatistas en el estado fronterizo del Zulia, la cual no aceptará.
Por su parte el gobernador de Zulia, Manuel Rosales, desmintió tal señalamiento y señaló a Chávez de tener “un nuevo arrebato lunático”. "Repudiamos esa propuesta lunática de Chávez de querer desviar la atención de los problemas en Venezuela hablando de secesión", dijo el funcionario.
También Chávez acusó a EE.UU. de estar detrás de la consulta autonómica de Santa Cruz. "El plan contra Bolivia es de factura norteamericana", determinó.
La Corte Electoral de Santa Cruz dijo que en los comicios del 4 de mayo pasado el "sí" al estatuto tiene un apoyo del 86% de los votos mientras el respaldo al "no" suman 14,3%.