CARACAS.- Venezuela realizará el domingo 23 elecciones de gobernadores y alcaldes en las que el gobierno del presidente Hugo Chávez obtendrá muy probablemente la mayor cantidad de votos en el total nacional, aunque enfrenta la posibilidad de perder a manos de la oposición algunos de los 22 estados en que se impuso en 2004, sobre los 24 en que se divide el país.
La campaña para los comicios tiene las características habituales en Venezuela, con una polarización profunda en torno de la figura del presidente y su proyecto de "revolución pacífica" para llegar al socialismo, y está marcada por acusaciones recíprocas que son las que ambas partes vienen intercambiando desde 1998, cuando Chávez llegó al poder.
Las encuestas conocidas varían notablemente en sus pronósticos, según sus realizadores sean cercanos al oficialismo o estén alineados con los opositores.
Chávez, que encuentra en las campañas para elecciones el terreno que prefiere para su accionar político, llegará al domingo 23 con una sola derrota en once votaciones realizadas hasta ahora desde 1998, la que sufrió en diciembre de 2007, cuando por margen muy estrecho fue rechazado en referendo el proyecto de reforma constitucional que él propuso para profundizar el modelo socialista.
El Partido Socialista Unido de Venezuela, que dirige Chávez, y los dirigentes de la oposición, están poniendo el esfuerzo en el cierre de campaña en las exhortaciones a sus adherentes para que concurran a votar y a sus militantes para que se sumen a las fiscalizaciones y tareas de control.
Los comicios reproducen el esquema básico de la confrontación política en el país, con los sectores más pobres, ciertas capas de clase media baja y los trabajadores que respaldan el proyecto político del presidente, y sectores medios y altos volcados en favor de la oposición.
Las fuerzas de oposición, que van desde expresiones de derecha a otras que se definen de izquierda, siguen caracterizando a Chávez como un presidente que restringe las libertades democráticas y amenaza la propiedad privada, y el oficialismo denuncia continuamente planes desestabilizadores de sus adversarios, la mayoría de las veces con respaldo estadounidense.
Dos encuestadoras privadas alineadas con la oposición, Datanálisis e Hinterlaces, pronostican que los candidatos opositores retendrán dos estados, Zulia y Nueva Esparta, y afirman que conquistarán al menos Carabobo y Sucre.
Otra empresa encuestadora, Grupo de Investigación Social XXI, de la que es dueño un ex ministro de Chávez, Nelson Morentes, habló de la posibilidad firme de que el oficialismo gane 16 de las 24 gobernaciones, en tanto le adjudicó buenas posibilidades en otras 4.
Uno de los estados en poder de la oposición es Zulia, rico en petróleo, donde el gobernador saliente, Manuel Rosales, fue candidato presidencial, derrotado por Chávez en 2006, y ahora acusado por fuentes oficialistas de actos de corrupción y de tener negocios multimillonarios en Miami, Estados Unidos.
A propósito de esas denuncias Rosales fue citado por el parlamento, donde el oficialismo es mayoría, pero no respondió a la convocatoria. Rosales ya no puede presentarse a la reelección como gobernador, por lo que se postuló para alcalde de la capital del estado, Maracaibo.
La oposición también hizo acusaciones a dirigentes oficialistas encumbrados, como es el caso del candidato a alcalde del municipio Sucre, Jesse Chacón, ex ministro de Chávez, nombrado en un canal de televisión opositor como organizador de un complot para hacer matar a detenidos que están acusados en la causa por el crimen del fiscal Danilo Anderson, muerto en un atentado en noviembre de 2004.
El fiscal fue asesinado cuando estaba avanzando en la determinación de responsabilidades de dirigentes opositores de varios sectores en las acciones que en abril de 2002 llevaron al desplazamiento temporal del presidente Chávez, mediante un golpe de estado.