SAN PABLO.- El gobierno de Brasil sostuvo que la producción de biocombustibles a partir de caña de azúcar y oleaginosas no es una amenaza para la seguridad alimentaria ni para la selva amazónica.
"El etanol no compite con la producción de alimentos", aseguró hoy la jefa de la la Casa Civil (ministra coordinadora), Dilma Rouseff, al inaugurar la Conferencia Internacional sobre Biocombustibles que se realiza en San Pablo y organiza el gobierno brasileño.
Paralelamente, en otro sector de San Pablo movimientos sociales reunidos en torno a la Pastoral de la Tierra, de la Iglesia Católica brasileña, denunciaron la concentración de la propiedad de la tierra en torno del negocio de la plantación de caña de azúcar para fabricar combustibles.
Rousseff, que es la candidata del presidente Luiz Lula da Silva para sucederlo en las presidenciales de 2010, aseguró que una de las intenciones de la conferencia es derribar "el mito" de que la fabricación de etanol con caña de azúcar afectará la selva amazónica.
"Quisieron introducir el mito de que en Brasil los cañaverales invadieron la Amazonia. Hay argumentos del tipo geográfico para desmentir esto. La selva amazónica está a 2.000 kilómetros de los cañaverales", dijo la ministra.
Brasil es el principal exportador mundial de etanol fabricado a base de caña de azúcar y el segundo productor del alcohol combustible detrás de Estados Unidos, que lo fabrica a partir del maíz.