En pleno crecimiento, los niños gastan energía constantemente. Los feculentos son un carburante indispensable ya que les asegura el lleno de energía. Deben pues estar presentes en cada comida. La mayoría de los niños los adoran, es fácil hacerselos comer, pero no de cualquier manera.

Los feculentos son: Pan. Canilla, pan campesino, pan completo, pan con cereales, con granos de sésamo y otros.

Alimentos con cereales. Pastas, arroz, sémola, "boulgour", polenta, maíz, cereales del desayuno, bizcochos, tortas y otros. Ciertos alimentos con cereales están enriquezidos con azúcar o con materias grasas. Deben ser consumidos con moderación y de vez en cuando.

Papas, mandioca. Papas en puré, rellenas y otras formas. Bizcochos de mandioca, tapioca, etc.

Legumbres secos. Lentejas, garbanzos, arbejas, vainitas, caraotas negras, blancas o rojas, habas, entre otras.

Los feculentos aportan energía utilizada lentamente por el cuerpo para mantenerse todo el día. También suministran proteinas para los músculos, fibras indispensables para una buena digestión, vitaminas y minerales. Por eso se recomienda comer un feculento en cada comida, por ejemplo en el desayuno: hojuelas de maíz natural en un tazón con leche. En el almuerzo: espaguetti a la boloñesa. En la merienda: pan y panqué con chocolate. En la cena: ensalada con lentejas.

Astucias. Para que el niño coma feculentos en cada comida, no se cocinan necesariamente como plato principal. Se le sirve, por ejemplo: taboulé (preparación culinaria libanesa hecha de picadillo de perejil y de menta, de cebollas, de tomates y de trigo triturado) y puré de garbanzos como entrada y una sémola con leche como postre.

Cuando los niños adoran las pastas y rechazan comer legumbres. Se mezclan pues las pastas con todo tipo de legumbres: vainitas, tomates, hongos, etc.

Es normal que un niño aumente de peso, ya que está creciendo. Consumidos en cantidades razonables, los feculentos sólos no engordan. Es el exceso regular de grasa y de azúcar que se les agrega que puede acarrear un aumento de peso excesivo: pastas con queso rallado; papas fritas, "dauphines", avellanas; cereales del desayuno con miel o rellenos de chocolate. Estos pequeños gustos no están prohibidos, pero deben ser saboreados de manera ocasional.

Los alimentos con cereales y legumbres secas aportan diferentes proteinas. Combinarlos permite pues responder mejor a nuestras necesidades diarias. Existen numerosas preparaciones que asocian las legumbres secas con los cereales: lentejas y arroz en Asia, garbanzos y sémola de alcuzcuz en África del Norte, caraotas rojas y maíz en América...

Alternar los feculentos es también romper con la monotomía. Al final, fáciles de preparar y tan variados: hay para todos los gustos.

Los niños pasan por un periódo donde dicen no a todo: se afirman o se afienzan. No hay que obligarlos a terminar su plato y aproveche de las miles y una preparaciones posibles para introducir otros alimentos: "couscous" (sémola de trigo), taboulé, chili con carne... No hay que desanimarse: más se les propone, más curiosidad tendrán de probar.

Los alimentos con cereales completos o a base de harina completa (pan, pastas, cereales del desayuno, arroz...) son fabricados con una gran parte o la totalidad de la corteza del cereal. Contienen pues más vitaminas, minerales y fibras que los alimentos con cereales refinados fabricados a base de cereal o de harina que no contiene corteza (harina blanca). Además son digeridos más lentamente. El hambre llega pues menos rápido y las ganas de comer entre las comidas desaparece.

El pan y los alimentos con cereales son necesarios en el desayuno, porque después de una larga noche de sueño, hay que recargar las baterias para estar en forma todo el día; y en la merienda, después de la clase, hay que rehacer el lleno de energía y permitir al niño esperar hasta la cena.

Un alimento con cereales en el desayuno y en la merienda, es por ejemplo de preferencia:
Rebanadas de pan completo o blanco untadas con una fina capa de mantequilla, miel, mermelada o pasta para untar, ó
Un tazón de cereales del desayuno naturales y con poca azúcar, por ejemplo: hojuelas de maíz, muësli (mezcla de copos de cereales y de frutas secas).

Viennoiseries (panes con chocolate, croissants, bollos...); meriendas rellenas; barras con chocolates; cereales del desayuno con miel, con chocolate o rellenos. Estos alimentos son con frecuencia muy dulces y muy grasos. Es, entonces, preferible limitar su consumo; Estos alimentos pueden ser reservados par un desayuno o una merienda excepcional y siempre en cantidad razonable.
Juntos prevengamos la obesidad en los niños.

Ideas de recetas

Menu tonus: 1.- Un pequeño plato de garbanzos en ensalada. 2.- Un filete de salmón. 3.- Galletas de legumbres. 4.- Un trozo de Edam (queso holandés con leche de vaca, de pasta cocida, en forma de bola de color rojo). 5.- Una pera.

Garbanzos en ensalada: 1) Una lata de garbanzos (530 g). 2) Una pequeña cebolla dulce. 3) Doce aceitunas negras. 4) Una cucharada de aceite de oliva. 5) Vinagre. 6) Sal, pimienta negra.
Preparación: Enjuagar los garbanzos. Cortar la cebolla en pequeñas rebanadas. en el saladero mezclar la cebolla, las aceitunas y los garbanzos. Condimentar y servir frío.

Merienda placer: 1.- Dos rebanadas de pan perdido (pan duro frito con leche, azúcar y huevo) con canela y trozos de clementina (variedad de mandarina). 2.- Un yogurt natural. 3.- Agua.
Pan perdido preferido: 1) Ocho rebanadas de pan duro. 2) Un huevo. 3) Media taza de leche. 4) Una cucharada de azúcar. 5) una cucharada de aceite.

Preparación: Batir el huevo y la leche. Remojar las rebanadas de pan en el batido. En una sartén antiadhesiva dorar las rebanadas por ambos lados. Polvorear ligeramente con azúcar. Servir con frutas frescas.

*e-mail: prof.cazabonne@hotmail.fr