WASHINGTON.- El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que "no hay dudas" de que llegará a la Casa Blanca con un "mandato para mover al país en una nueva dirección" y prometió que su gobierno, junto a los norteamericanos, estará "a la altura de los desafíos" planteados por la dura crisis financiera.
Obama volvió a hablar de la economía durante una rueda de prensa en Chicago -su ciudad de adopción y base política-, en la que presentó al futuro director de la oficina del Presupuesto federal, Peter Orszag, y a su vice, Robert Nabors.
Orszag y Nabors, adelantó Obama, lo ayudarán a revisar el presupuesto federal "línea por línea" y a eliminar los programas que sólo hacen perder dinero a las arcas fiscales.
"Esto no es una cuestión de gobierno grande o gobierno chico, sino de construir un gobierno inteligente que se concentre en las cosas que funcionan", dijo el presidente electo.
Ayer fue la segunda conferencia de prensa de Obama sobre la economía. El lunes, siempre desde Chicago, había presentado a su futuro ministro del Tesoro, Timothy Geithner, y a su principal asesor económico en la Casa Blanca, Lawrence Summers, y se anunció otra conferencia de prensa para mañana.
Con el país sumido en una preocupante crisis del crédito derivada del estallido de la burbuja inmobiliaria y la consecuente debacle de Wall Street, Obama buscó asegurar que su gobierno invertirá fuertemente en una reactivación pero, al mismo tiempo, ajustará las tuercas del gasto público.