NUEVA YORK. - Las principales bolsas del mundo cerraron con fuertes bajas, dándole la espalda a la euforia por las elecciones en Estados Unidos y a la nueva ola de recortes de tasas de interés, lanzada por el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo.
Los nuevos datos sobre desocupación y productividad en Estados Unidos desataron una jornada de temer, con una sólida tendencia vendedora, al tiempo que las cotizaciones del petróleo se evaporan de un día para el otro.
Los futuros del crudo cerraron en Nueva York con un descenso del 7%, a 60,71 dólares el barril de 159 litros.
Además, el Fondo Monetario Internacional no dejó mucho espacio para la esperanza y augura la primera recesión de la segunda posguerra, con una desaceleración del PBI de Estados Unidos de 0,7%.
Las bajas, por huso horario, se iniciaron en Tokio y Hong Kong, con 6,53% y 7,08%, respectivamente, y contagiaron al resto de los mercados, léase Europa, Wall Street y América Latina.
En Europa, las bolsas perdieron 300.00 millones de euros de capitalización bursátil con una baja promedio del 6,22% en el índice Dj Stoxx 50.
En particular, Frankfurt encabezó las bajas europeas con una pérdida de 6,84%, seguida por Amsterdam (6,74%), París (-6,38%) y Estocolmo (-6,33%) y Madrid (-6,27%).
Londres cerró con una baja de 5,70%, Milán resignó el 5,06% y Zurich el 4,08%.
Wall Street cerró con una fortísima baja de 4,80% a 8.700,65 enteros, mientras que el Nasdaq perdió 4,36% a 1.609,99 unidades y el S&P 500 cedió 5,01%, a 905 puntos.
San Pablo fue la bolsa latinoamericana más castigada entre las más importantes de la región, con una merma de 3,77% que llevó al índice Bovespa a 36.361,91 puntos.
México siguió a San Pablo con una pérdida de 3,47% (19.736,83) y Santiago de Chile resignó 2,81% (2.523,06).
Buenos Aires volvió a ser una sorpresiva excepción con un alza de 1,12% (1.135,79 unidades).
El resto de la región mostró bajas en Bogotá y Lima, de 4,31% y 3,09%, respectivamente.
En Europa y Estados Unidos el malhumor de los mercados también tuvo una fuerte influencia de una nueva marejada por la desilusión que generaron algunos balances corporativos.