Los enormes esfuerzos realizados por China continental para organizar con éxito los Juegos Olímpicos de Pekín en el espíritu de imparcialidad y pacífica competición atlética entre personas de todas las razas y etnias han impresionado profundamente a todo el mundo. Se trata del mismo espíritu que alentó la fundación de las Naciones Unidas, tal y como ha quedado reflejado en los principios enunciados en la Carta de la ONU.
Coincidiendo con la celebración de la 63ª sesión de la Asamblea General de la ONU, es deseo del pueblo de la República de China (Taiwán) que los dos lados del Estrecho de Taiwán puedan, dentro del espíritu olímpico de igualdad y respeto mutuo, cooperar con las Naciones Unidas para avanzar en el bienestar de todos.
Durante las últimas seis décadas, diferentes factores históricos han dado como resultado el desarrollo separado de las sociedades de ambos lados del Estrecho, y la exclusión de Taiwán de la participación en las Naciones Unidas desde 1971. Por consiguiente, las gentes de Taiwán y de China continental se han visto privadas de oportunidades para cooperar en la arena internacional con la intención de construir una confianza mutua y beneficiar al mundo en su conjunto.
Debemos dejar de gastar nuestros recursos en la confrontación y debemos crear espacios en los que poder unir nuestras fuerzas para desarrollar los valores universales y la compasión que apuntalan tanto los Juegos Olímpicos como las operaciones de las agencias de la ONU.
Una vez que la administración del presidente Ma Ying-jeou tomara posesión de su cargo en mayo de 2008, ésta ha adoptado una actitud pragmática y de amplias miras para promover las relaciones amistosas y el conocimiento a través del Estrecho de Taiwán. Con la intención de relajar las tensiones en el Estrecho, ha dado pasos para reemplazar el antagonismo por la franqueza, la hostilidad por la amistad. En junio, la nueva administración tomó la iniciativa retomando sistemáticamente las conversaciones entre la Fundación para los Intercambios a través del Estrecho de Taiwán y su homóloga en el continente, la Asociación para las Relaciones a través del Estrecho de Taiwán. De las negociaciones se llegó a la inauguración histórica de vuelos charter semanales directos a través del Estrecho, llevando por primera vez turistas del continente a Taiwán. Este desarrollo resulta beneficioso para las personas de ambos lados del Estrecho y conduce a la paz y a la estabilidad en la región de Asia-Pacífico.
Esperamos que los dos lados puedan continuar trabajando para poner fin a las disputas y desarrollar el respeto y entendiendo mutuos, no sólo en lo que respecta a las relaciones a través del Estrecho sino también en lo que se refiere a nuestras interacciones en la comunidad internacional, reemplazando por consiguiente la competición de suma cero por la colaboración en la que todos ganan.
Las consecuencias de la falta de tal colaboración aparecen reflejadas de manera conmovedora en el enorme sufrimiento causado por la epidemia internacional del SARS de 2003, que afectó tanto a Taiwán como a China continental y que todavía pervive en la memoria de nuestras gentes. En Taiwán, el desastre se vio agravado enormemente debido a nuestra incapacidad para interactuar libre y directamente con la Organización Mundial de la Salud, organismo perteneciente a la ONU.
Resulta evidente, por tanto, que nuestra participación en los foros internacionales que formulan los planes de acción para afrontar intereses de importancia global es fundamentalmente un problema humanitario, que afecta a las vidas, la salud y la dignidad de todos. En vista de esta realidad, esperamos sinceramente que todos los miembros de la comunidad internacional se den cuenta de la necesidad de la participación significativa de Taiwán en las diferentes agencias especializadas de la ONU, y que la Asamblea General los anime a cumplir con esta necesidad.
Al buscar la participación en las actividades de la ONU, no es nuestra intención desafiar la representación de China Continental en ese organismo mundial. Como expresión de nuestro deseo de promover la interacción fructífera entre nuestro pueblo y con las gentes de todo el mundo, nuestro Gobierno ha dejado a un lado temporalmente el problema de la membresía en las organizaciones de Naciones Unidas y se ha centrado en cambio en avanzar en el bienestar humano a través de nuestra participación en ellas.
En su discurso de toma de posesión del 20 de mayo, el presidente Ma manifestó: " las relaciones a través del Estrecho podrán avanzar con confianza sólo cuando Taiwán deje de estar aislado en la arena internacional". En otras palabras, realizar progresos en las relaciones a través del Estrecho y ganar más espacio para Taiwán internacionalmente son dos lados de la misma moneda. A través de nuestra participación en las organizaciones funcionales de los Naciones Unidas, podemos establecer una plataforma de cooperación con China continental para avanzar en la causa no sólo de la amistad a través del Estrecho, sino también en la paz y la prosperidad internacionales, haciendo realidad así, concretamente, el ideal del lema de los Juegos Olímpicos de Pekín: “un mundo, un sueño”.
*Portavoz del Gobierno, República de China (Taiwán)