BRASILIA, 4 (ANSA) - El ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, descartó que el Ejército realice espionaje político y recomendó investigar si hubo participación de los servicios de inteligencia en las escuchas telefónicas de autoridades.
"No estamos discutiendo sobre el Ejército, estamos discutiendo la ABIN (Agencia Brasileña de Inteligencia), el foco es la ABIN", declaró Jobim.
El Ejército brasileño cuenta con aparatos de escuchas telefónicas iguales a los supuestamente empleados en la intercepción ilegal de una llamada del titular del Supremo Tribunal Federal, Gilmar Mendes.
La información fue confirmada por el propio comandante del Ejército, Enzo Martins Peri.
Jobim reconoció que equipos para interceptar llamadas fueron adquiridos por la "Comisión de Compras del Ejército en Washington y son utilizados por diversos órganos del gobierno cuando son solicitados", pero descartó de plano que los militares hayan espiado a funcionarios.
El diputado Nelson Pellegrino, del Partido de los Trabajadores (PT), oficialista, dijo que "sería grave" si los militares realizaran tareas "que les están prohíbidas por ley". El congresista dijo a ANSA que no hay "indicios consistentes" que permitan "sospechar" que el Ejército haya infligido la ley.
Para Pellegrino, "no se puede descartar ninguna hipótesis a priori", pero consideró como más "plausible" que las "pinchaduras al ministro Gilmar Mendes" hayan sido cometidas por algún agente secreto al servicio de "intereses privados" o actuando "sin autorización" de sus superiores.