"Necesitamos que esto sea limpio y rápido y lo necesitamos en su sitio", dijo Paulson Secretario del Tesoro de Estados Unidos en declaraciones a  la cadena de televisión ABC.

El  Presidente republicano de EE.UU.  George W. Bush solicitó al  Congreso rapidez  con el plan presentado el viernes para detener  la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión.

Sin embargo, líderes legislativos del Congreso de mayoría demócrata advirtieron de que el plan para adquirir los activos hipotecarios en problemas de instituciones financieras también debería ayudar a los estadounidenses comunes golpeados por la crisis inmobiliaria más dura en varias décadas. "Hay mucha gente en este país que necesita ayuda. Pero la mayor ayuda que le podemos dar al pueblo norteamericano es estabilizar nuestro sistema financiero ahora mismo", dijo  Paulson.

El secretario del Tesoro también dijo que Estados Unidos estaba presionando a otros países para crear rescates de instituciones financieras similares al proyecto del gobierno norteamericano. "Voy a pedir a nuestros colegas de todo el mundo que conciban programas similares para sus bancos y entidades (financieras) cuando sea oportuno", señaló  Paulson a la cadena de televisión Fox. "Recuerden que vivimos en un sistema mundial", dijo. No habló en detalle. Sin embargo, las autoridades financieras de Estados Unidos están trabajando cercanamente con sus similares de  Europa y Japón en los últimos diez días para evitar  un colapso en el sistema financiero mundial.

Paulson también dijo  que el plan de rescate del gobierno también cubrirá las instituciones extranjeras que operen en Estados Unidos.

El funcionario manifestó  a la ABC que era esencial prevenir un atascamiento del sistema, "porque si se atasca, va a tener un efecto adverso en la capacidad de la gente de conseguir empleo, en sus presupuestos, en sus fondos de jubilación, en el préstamo a pequeños empresas, así que ahí es donde debe estar la prioridad".

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que los demócratas trabajarán con los republicanos para dar forma a la medida de rescate, pero insistió en que no se deben perder de vista los intereses de los norteamericanos comunes. En un comunicado en la noche del sábado, Pelosi subrayó que los demócratas trabajarán con funcionarios del gobierno para encarar la crisis, pero se debe proteger a la gente común para que ésta "conserve sus viviendas reduciendo las ejecuciones hipotecarias".

El dirigente  de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo: "Ahora es evidente por sí mismo que las políticas extremas de manos libres del gobierno de Bush han sido desastrosas (...) El pueblo estadounidense tiene todo el derecho de estar indignado porque estemos en esta situación".

En un resumen del plan dado a conocer ayer  sábado, el departamento del Tesoro dijo que agentes  privados dirigirían los activos bajo la dirección del departamento.

El precio de los activos hipotecarios en problemas, cuyo valor se ha derrumbado en la peor caída del sector inmobiliario de Estados Unidos en décadas, se determinará "mediante mecanismos de mercado en la medida de lo posible, como ser las subastas en reversa". En una subasta común, el vendedor pide un precio de base y la puja lo va elevando. En una subasta en reversa, sin embargo, el comprador -o el gobierno de Estados Unidos- dice un precio y el vendedor decide si lo acepta o no.

Los datos informativos  del departamento del Tesoro sobre el proyecto no  concreta  qué tipo de instituciones financieras califican para el rescate, pero todo indica que se abrirán  las puertas a firmas internacionales.

"Las instituciones financieras participantes deben tener operaciones significativas en Estados Unidos, a menos que el secretario (del Tesoro) tome una decisión, en consulta con el presidente de la Reserva Federal, de que se precise una calificación más amplia para estabilizar los mercados financieros".

El Tesoro estaría autorizado a adquirir activos hipotecarios de cualquier institución financiera con sede en Estados Unidos y estaría obligado a dar cuenta regularmente de sus actividades al Congreso.