En las calles se podía apreciar a miles de devotos católicos en las cuadras de Managua por donde iba la procesión de la Sangre de Cristo. (FOTO GRETA ARÉVALO)
Iglesia Católica vuelve a decir que: “¡La primera que quiere la paz, es la iglesia!”
Este pasado Viernes Santo, la Consagrada Imagen de la Sangre de Cristo recorrió una de las principales calles de Managua, la capital de Nicaragua en Centroamérica, en la zona de la carretera Managua – Masaya , donde asistieron unas 100 mil personas que llegaron a un via crucis penitencial que recordó el sacrificio de la pasión y muerte de Jesucristo.
El acontecimiento religioso partió del Colegio Teresiano y finalizó en la Catedral de Managua, lugar donde esta ubicada permanentemente la capilla de la Sangre de Cristo o Jesús crucificado.
El mar de personas, respondió al llamado que hizo el Arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Leopoldo Brenes Solórzano, de asistir a las actividades de la iglesia por ser “momentos de espiritualidad”.
En el desarrollo de la procesión la Consagrada Imagen de la Sangre de Cristo, se detiene algunos minutos para representar las 14 Estaciones de los episodios que vivió Jesús antes de morir en la cruz.
La famosa consigna de los años ochenta cuando vino de visita el Papa Juan Pablo II se volvió a escuchar “¡La primera que quiere la paz, es la iglesia!”, esa frase fue utilizada por el representante de la iglesia católica universal, durante la primera etapa de la revolución sandinista en el período 1979-1990.
Otro de los puntos que fueron notorios en el acto católico, fue en relación a las declaraciones del Procurador General de la República, Hernán Estrada, quien fue atacado a balazos cerca de su casa de habitación donde resultó herido de bala.
Como se recordará Estrada dijo en esa ocasión que lo que le pasó es culpa de los “sectores religiosos y a los medios de comunicación” de “instigar a la violencia”. La alta jerarquía católica respondió que “nadie puede callar a la iglesia” además de repetir constantemente su consigna católica en contra de “la guerra, el aborto y la eutanasia”, durante toda la procesión a la Imagen de Jesucristo crucificado, o, a la Sangre de Cristo. La imagen de más de 370 años existencia.