El presidente de Estados Unidos, Barack Obama. (FOTO Ansa)
El presidente sugirió que estos casos sean tratados "por afuera del típico proceso de audiencias" parlamentarias
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dejó hoy la puerta abierta a una investigación que ponga en el banquillo de los acusados a los abogados de la administración Bush que dieron luz verde al uso de torturas a detenidos sospechosos de terrorismo, pero advirtió que quedarán afuera de cualquier pesquisa los agentes que las aplicaron en las salas de interrogaciones.
"Para aquellos que llevaron adelante algunas de esas operaciones dentro de las cuatro esquinas de las opiniones legales o la guía que se proveyó desde la Casa Blanca, no creo que sea apropiado que sean procesados", dijo Obama.
Pero "respecto de aquellos que formularon las decisiones legales, diría que eso será más una decisión del ministro de Justicia (Eric Holder) dentro de los perímetros de varias leyes, y yo no quiero prejuzgar eso", añadió.
Obama admitió que existen "muchos asuntos complejos" alrededor de la cuestión de la tortura, utilizada por agentes de la CIA, los servicios de espionaje exterior de Estados Unidos, con el visto bueno de asesores legales del ex presidente George W. Bush.
El presidente cedió así ante la presión que creó la difusión -por parte del ministerio de Justicia- de cuatro memorandos confidenciales con detalles sobre los programas de interrogación que permitieron el uso de torturas como el "submarino" (sofocaciones parciales), la privación de sueño, el aislamiento y maltratos físicos.
Los memorandos, dijo hoy Obama en una conversación con reporteros, "reflejan la manera en que Estados Unidos perdió su estatura moral". Es por eso, aseguró, que su gobierno "ordenó la discontinuación de esos programas de interrogación".
Varios legisladores demócratas quieren llevar a cabo investigaciones sobre la justificación del uso de la tortura. Pero también en ese frente Obama llamó a la prudencia.
El presidente sugirió que estos casos sean tratados "por afuera del típico proceso de audiencias" parlamentarias, para evitar una "politización" del asunto.