La milenaria idea de que muchos genios están locos, recibe cada vez más apoyo científico, y se multiplican los estudios destinados a medir la incidencia de ciertos trastornos mentales entre los grandes creadores.
Los psiquiatras han descubierto que, entre los grandes artistas, los índices de depresión en su variante profunda o maníaca son entre diez y treinta veces más frecuente que entre el común de los mortales.
Los estudios, de los que hizo eco el “New York Times”, también revelan que el vínculo entre la creatividad y la inestabilidad mental es más acusado entre los artistas que entre los científicos.
Arnold Ludwig, profesor de psiquiatría de la Universidad de Kentucky y autor del libro “The price of greatneas”, estudió la incidencia de enfermedades mentales entre 1.004 mujeres y hombres prominetes.
Descubrió que los trastornos psiquiátricos eran más corrientes entre los artistas que entre los demás. Por ejemplo, el índice de alcoholismo era del 60% entre los actores, del 41% entre los novelistas, del 10% entre los mandos militares y sólo del 3% entre las grandes figuras de las ciencias físicas.
Con respecto a la depresión maníaca que se caracteriza por altibajos extremos entre la euforia y la desesperación y angustia, se calcula que afligió a un 17% de los actores y a un 13% de los poetas estudiados.
En cambio, según el mismo estudio, su incidencia era inferior al 1% entre los grandes hombres de ciencia.
Al observar la relación entre la inestabilidad emocional y la creatividad, algunos investigadores tratan ahora de encontrar la base neurológica de tal fenómeno y la forma en que los trastornos de este tipo pueden eliminar el pensamiento creativo.
“Las personas que han experimentado extremos emocionales, que han tenido que afrontar un inmenso abanico de sentimientos y han encarado con éxito estas adversidades, quizás tienen una organización más rica de la memoria, una paleta más abundante para trabajar”, comentó al diario la Doctora Ruth Ricards, y escribió en su libro “Creatividad y mente”.
Los estudios preliminares con escáner indican que diferentes áreas del cerebro registran perturbaciones durante los episodios maníacos o depresivos, lo que parece indicar que los trastornos y estados de ánimo pueden fomentar la actividad mental.
Algunos investigadores creen que la energía excesiva característica de los episodios maníacos, puede originar un torrente de ideas que la mente puede configurar en algo más significativo más tarde, en momentos ya menos frenéticos.
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