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ACTUALIZADo 13 dE AGOSTo de 2009

Vuelven las contradicciones Iglesia- Estado
por Raúl Arévalo Alemán
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La Curia Arzobispal señala también a través de Monseñor Silvio Báez Ortega “profundo sentimiento de preocupación y de tristeza” por las agresiones de las que culparon a “un grupo violento”. (FOTO/ARTE JUAN ARÉVALO)

¿Podrá realizarse el diálogo entre las partes?

Los incidentes que se dieron el pasado sábado 7 de agosto en los predios de la Catedral Metropolitana, cuando grupos de civiles ligados al partido de gobierno no dejaron que los integrantes de la Coordinadora Civil realizaran una marcha y concentración política, tuvo una reacción de la Curia Arzobispal de la Arquidiócesis de Managua. El Obispo auxiliar de la Iglesia católica Monseñor Silvio José Báez Ortega leyó un pronunciamiento oficial sobre lo sucedido.

Báez Ortega expresó que en una parte del pronunciamiento sobre un hecho político que el mandatario nicaragüense “es el primero que tiene que velar por la paz del país y no fomentar ningún tipo de violencia ni con el discurso ni mucho menos con estos hechos lamentables, apoyando a grupos políticos, paramilitares, que pueden crear una desestabilización social de la que después nos podemos lamentar gravemente”.

Recordó la frase referencial del Papa Juan Pablo II cuando visitó Nicaragua la primera vez en el año 1983 quien dijo a los gritos de los manifestantes sandinistas en ese entonces que “la primera que quiere la paz es la Iglesia”.

El Obispo Báez Ortega dijo que la construcción de la paz requiere “desterrar la violencia” y en el comunicado los altos jerarcas de la iglesia señalan que “esta paz se construye con la autenticidad y la coherencia entre el discurso y los hechos concretos, desterrando el cinismo de los slogans que manipulan los valores religiosos y polarizan y confrontan a la familia nicaragüense”.

La Curia Arzobispal señala también a través de Monseñor Silvio Báez Ortega “profundo sentimiento de preocupación y de tristeza” por las agresiones de las que culparon a “un grupo violento”. Los hechos violentos del pasado sábado fueron considerados que “no son aislados “ y que podrían crear inseguridad y temor por lo que en el límite de las consecuencias podría generar “respuestas del mismo tipo”. La Curia hizo un llamado “a no sucumbir ante la tentación de la violencia pues, como dice el Señor Jesús: los que empuñen la espada, a espada morirán”. El presidente Ortega se refirió a esos hechos en la cual justificó porque se estaba realizando una conmemoración por el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas.

La alta jerarquía católica se pronunció hace algunos meses atrás sobre el uso de los símbolos religiosos en las actividades partidarias del sandinismo en el gobierno. En un acto partidario a raíz de la salida de Nicaragua de la Cuenta Reto del Milenio de los Estados Unidos, el Presidente Ortega se refirió a la frase de San Francisco de Asís que decía: “Señor hazme instrumento de tu paz. Donde haya odio siembre yo amor. Donde haya guerra siembre paz”. Tal frase generó reacciones de la alta Jerarquía católica que no fue bien recibida porque fue hecha en un acto político del FSLN.

La iglesia reconoció que había concedido el permiso correspondiente para que los grupos de la Coordinadora Civil realizaran la actividad en los predios de la Catedral Metropolitana. Ese lugar se ha convertido en un centro de confrontación política ya que está en un sitio céntrico de Managua donde se ubican los centros comerciales más importantes de la Capital, Universidades y lugares de diversión pública. Además que en uno de sus extremos se mantiene un grupo de trabajadores de la caña que reclaman una indemnización millonaria al principal grupo económico poderoso del país la Familia Pellas por daños a su salud.

En el pronunciamiento el Obispo Auxiliar de Managua fue claro para evitar suspicacias diciendo que la Iglesia no busca ningún alineamiento a afiliación política definida para decir que “ninguno de los nicaragüenses, en primer lugar la Iglesia, quiere que se repitan el derramamiento de sangre, la violencia y la guerra en nuestra patria”. Los sacerdotes y obispos dijo que hay conciencia la violencia y su respuesta es “un peligro real” y reiteró que no se debe de “sucumbir a la violencia”. Consideró que se dio “una profanación al espacio sagrado de nuestra Iglesia catedral”.

El Obispo Báez Ortega dijo que “En ningún caso se puede justificar violencia tan deshumana sobre personas indefensas y lamentamos que el Presidente de la República no condene y no vea las cosas desde este punto de vista”.

Sobre el actuar pasivo de la policía nacional el alto religioso lamentó que los policías se hayan quedado con los brazos cruzados “mientras hermanos nuestros, nicaragüenses, eran agredidos brutalmente”. Hizo una exhortación para que “esto no se repita” y que la Policía “asuma en el futuro su responsabilidad social”.

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