La candidata de Obama juró el sábado como nuevo miembro de la Corte Suprema. (FOTO ANSA)
WASHINGTON.- La nueva jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos, Sonia Sotomayor, la primera integrante hispana del máximo tribunal, fue agasajada en la Casa Blanca por el presidente, Barack Obama, a quien prometió impartir justicia sin prestar atención a razas, religiones o clases económicas.
"Estoy muy agradecida a este país", dijo Sotomayor, quien nació en la barriada popular neoyorquina del Bronx en el seno de una familia de origen puertorriqueño.
Sotomayor dijo "reconocer" que su confirmación, la semana pasada, como miembro de la Corte Suprema, "nunca habría sido posible sin las oportunidades que brinda este país".
La jueza, de 55 años, surgió de una familia de trabajadores y se hizo su camino a través de las prestigiosas universidades de Yale y Princeton a fuerza de sacrificios personales y becas gubernamentales.
Su postulación recibió el apoyo total de los senadores demócratas y el de nueve senadores republicanos, pero el rechazo de otros treinta y un legisladores de la oposición en la cámara alta durante la votación de la semana pasada.
Muchos republicanos acusaron a Sotomayor de ser una "activista judicial" en favor de causas "liberales", como la acción afirmativa que beneficia a las minorías y el aborto, causas duramente resistidas por los sectores conservadores.
De todas maneras, la candidata de Obama juró el sábado como nuevo miembro de la Corte Suprema, donde hasta ahora había una sola mujer, la magistrada Ruth Bader Ginsburg. Sotomayor se convirtió en apenas la tercera mujer en formar parte del máximo tribunal norteamericano.
"Este es un gran día para Estados Unidos", afirmó Obama durante la recepción para Sotomayor en la Casa Blanca.
Obama pidió "celebrar el impacto que la jueza Sotomayor ya tuvo en la gente a lo largo de todo el país, los cuales se vieron inspirados por su excepcional historia de vida".